Fotografía de Diego Morales Baeza - Jaén - España |
Cada vez que un pedagogo sabiondo, un Juan Jacobo Rousseau renacido, un José Antonio Marina iluminado, un José Ignacio Wert esclarecido o un pelagatos metido a político me aconsejan cómo tengo que dar mis clases, créanme ustedes si les digo que "me se" ponen los vellos como púas de erizo de mar. O peor.
Esta semana, por aquello de los amoríos sin fin y los sanvalentines mercantiles, me he propuesto realizar en clase una actividad de esas que se llaman ahora multidisciplinares, transversales, lúdicas y personalizadas.
He elegido dos poemas franceses, ambos de Jacques Prévert (mañana y pasado los publicaré). Cada alumno debe aprender de memoria un verso y recitarlo. Con mi máquina fotográfica, que puede grabar en vídeo con una resolución más que aceptable, pretendo hacer una toma (un primer plano) y editar posteriormente un vídeo. Vídeo que nunca será expuesto en internet.
¡Nada nuevo en la viña del Señor, que no pretendo yo descubrir la pólvora! ¡Muchos compañeros más puestos en temas cinematográficos están ya hartos de hacerlo!
Le doy clase este curso a cinco grupos. Pues bueno, he paralizado la actividad en dos grupos, uno de cuarto y otro de segundo de la ESO.
¿Razones?
Que si esta actividad cuenta para la nota (interesados), que si el verso no me gusta (exquisitos), que yo no pienso salir en un vídeo (tímidos o rebeldes)o que si no puedo obligarlos a grabarlos en vídeo (futuros abogados).
Añádase la paciencia infinita que he tenido que desplegar para explicar en qué consistía la actividad (igual que si hubiese explicado la teoría de la relatividad, igualico, igualico). El esfuerzo titánico para convencer a los reticentes y tímidos para que se pusieran ante la cámara. Y no les digo nada del estruendo y el caos que se produce en una clase cuando se sale de la rutina.
Y para acabar, lidiar contra las huestes gamberriles. Uno hace gestos para provocar la risa del "actor", el actor se queja de que lo "miran", uno gruñe como los gorrinos en plena grabación, ninguno guarda silencio...
Ya sé que es lo normal, las risas, los nervios e incluso alguna pequeña gamberrada (el gruñido), pero, como todo, hasta un límite, superado el cual, ya les digo, a la porra la actividad.
Hay alumnos que se lo han tomado en serio, otros han pedido participar más y en algunas grupos he transigido con los que no han querido participar (ninguna alumna musulmana ha querido ser grabada, por cierto).
Por eso les pregunto a los pedagogos que todo lo saben ¿en qué he fallado? ¿Acaso no es una actividad lúdica? ¿Acaso no está relacionada con mi asignatura? ¿Acaso no fomenta la lectura, el hablar en público, la utilización de medios informáticos, el conocimiento del propio cuerpo (la voz), la superación de complejos relacionados con la imagen, la integración entre chicos y chicas, el fomento de la interculturalidad, etc? ¿En la afamada Finlandia el profesor tiene que gritar para pedir silencio o tiene que soportar que más de un alumno se niegue a hacer una actividad? Es más, ¿cómo se enfrentaría un extraordinario profesor finés a una situación así? ¿Debo retomar la actividad en los dos grupos donde la he anulado sólo con aquellos que quieran, porque se lo merecen? ¿Qué hago con los demás, bajarles la nota (me reclamarían)o ponerles otro trabajo compensatorio (me cargo de más trabajo, encima)?
Porque estas actividades me exigen mucho trabajo. El que está pasando horas y horas delante del ordenador para editar los vídeos soy yo (aquel que haya editado sabe el tiempo que se necesita para montar los diferentes vídeos).
Y, por último, siempre habrá un padre, muy digno y muy enterado, que dirá en la cola del supermercado: si es que los maestros se dedican a poner vídeos en clase.
18 comentarios:
Bueno.....yo me espero a que vengan y te digan qué hacer, sé nada de lo que hablas, a mi me tocó obedecer a los profesores y sin chistar.....!
=))))
Lilina:
¡como tiene que ser, jajajaja!
Pues sí, pero ahora es un despapaye!!!! :P
Liliana:
hay de todo...
Explicárselo como la teoría de la relatividad!!! Genial! con música y movimiento, en su onda y pídeles que la sigan en tu poesía.
Sé de una persona que da clases de música en Londres y los alumnos mantienen por sí mismos una disciplina que no tiene nada que ver con lo que pasa por estos lares.
Porque la normativa ya no permite, ni permiten a los profesores, confianzas ni familiaridades entre alumnos y docentes. Ni por lo más remoto se pueden dirigir al maestro por su nombre de pila. Es que no.
Y las autoridades son las primeras en respetar, cosa que aquí ni se contempla, más bien lo contrario, y no digamos los padres de los alumnos, que a veces, tela.
Por poner un ejemplo.
Somos un país de pandereta. Qué triste.
jejeje
entonces yo era de los futuros abogados
que negaba ser grabado sin permiso previo de no hacer uso de mi imagen en cosas que me perjudiquen, a su vez, me respaldaba en la libertad de expresión, que también es expresión es guardar silencio, y así fue una vez que mi poema se llamaba "Silencio", fueron dos minutos con papel en blanco en mano, en silencio mirando la cámara, al termino el profesor de Castellano enojado con mi actitud, pero igual me puso un 5.0, ya que cumplía con el objetivo del curso.
Te estoy contando experiencia desde ya más de 20 años, la educación era otra, otras doctrinas, muy militarizada, entonces muchas veces con mi arranques a los profesores de la época no le gustaba eso de "pensar distinto"; sin mentir si el director del colegio era un milico, era plena época del dictador tirano y asesino de Pinochet, ya pero no cambiemos el tema.
A pesar de todo, encuentro que esas actividades enseñar mucho más que saber de memorias capitales sin sentidos a paises que jamás vamos a viajar.
Nos estamos leyendos
saludos!
Gemelas:
¡y eso que las explicaciones eran: os aprendéis un verso de memoria, os ponéis frente a la cámara, empezáis a recitar cuando levante el pulgar, mantened la mirada unos segundos antes de acabar la grabación y guardad silencio! Supongo que no era muy complicado.
Tecla:
entre nosotros, el respeto y el silencio brillan por su ausencia. Hasta en los claustros y reuniones no nos escuchamos unos a otros.
Demencial.
Carlos:
se trataba de una "experiencia" sencilla y ya les dije que el vídeo sólo lo iba a proyectar en clase. Ni siquiera se lo iba a dar a ellos (para evitar que alguno lo subiera a internet). No creo que recitar un verso ante una cámara sea un atentado a la dignidad. Siempre me he preguntado por qué un niño que va a jugar al fútbol acepta los entrenamientos que le exige el técnico sin rechistar y, en cambio, tiene que protestar ante todas las propuestas del profesor. Y tampoco me refiero a la enseñanza en tiempos de nuestro dictador, Franco.
Sé que siempre hay alguien reacio, y lo comprendo y lo respeto y no lo obligo, pero cuando son tantos, al final, se cansa uno.
Salu2.
Toda la razón, Dyhego y por si era poco, somos cainitas.
También entre nos.
Tecla:
Sí, a veces tenemos los mismos comportamientos que nuestros alumnos.
Ciertamente no esperes felicitaciones, criticas y mas criticas pero lo importante es estar contento con uno mismo y con tu trabajo.
Un abrazo.
Jmir:
sí, al final acabamos haciendo las cosas porque nos gustan y porque alguien habrá que lo sepa valorar.
Gracias.
Me recuerda al aula de Fray Luis de León en Salamanca, ese que pasó muchos años en la cárcel y al volver a dar clases, el primer día les dijo a sus alumnos: "Como decíamos ayer...". Salamanca es una ciudad llena de anécdotas. Unamuno también tiene las suyas.
K:
es lo que tienen las ciudades universitarias.
Si es que no escarmientas....
Jajajajajaj
Respira: inhala, exhala... Ohmmmmm
Es tan real como la vida misma. Por suerte ya no he de lidiar con éstos, ahora los que tengo van todos de futuros abogados, rebeldes,... ainsss....
Bizz maîtres et maîtresses, murcianico.
Zarzamora:
sí, como Sísifo, siempre subiendo la piedra, aunque caiga.
Salu2 renouvelés.
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