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Fotografía de Diego Morales. |
¡Y ésta ha sido mi vigésima lectura!
"Los cuentos de los hermanos Grimm tal como nunca te fueron contados. Primera edición de 1812". Edición de Helena Cortés Gabaudán.
¡Tenía ganas de leer los cuentos de los hermanos Grimm sin edulcoramientos y ha sido una lectura provechosa, entretenida, curiosa y enriquecedora!
Tal y como dice Helena Cortés "como vemos, y para resumir, en lugar de hablar de los 'cuentos populares alemanes de los hermanos Grimm' (tal como suele hacerse) habría más bien que hablar de 'cuentos populares europeos adaptados por Wilheim Grimm" ya que ni son "populares", ni "alemanes" ni de los "hermanos Grimm". No todos, desde luego, entre los 200 cuentos, leyendas y chascarrillos.
No son "populares" porque los informantes de los cuentos suelen ser de clase medioalta, jóvenes cultas del entorno social de los Grimm. No son "alemanes" (algunos sí, otros no) porque muchos de los informantes (más mujeres que hombres) eran hugonotes franceses refugiados en Alemania y que transmitieron a los Grimm cuentos de Perrault o con influencias francesas. Tampoco son de los hermanos Grimm porque si bien Jacob participó más que Wilheim en la primera edición, se fue desmarcando cada vez más del proyecto porque su interés era más filológico que literario, aunque su nombre apareció en las siete ediciones que hubo desde la de 1812 hasta la de 1857. Fue Wilheim el que los fue retocando, edulcorando y literarizando en cada una de las ediciones.
Esto no quita valor a la recopilación de historias desde luego, pero el empeño "nacionalista" de "alemanizarlos" es evidente. Por ejemplo, en los cuentos nunca aparece la palabra "princesa" porque a los Grimm les sonaba muy "francés" y escribían "la hija del rey".
El estilo de los Grimm es muy peculiar y se basa en los siguientes rasgos: atemporalidad, final feliz, personajes estereotipados (el rey, el pescador, el tonto...), lugares genéricos (castillo, bosque), dones mágicos, ayuda de lo numinoso, nadie se asombra ni de lo prodigioso ni de que los animales hablen), gusto por la repetición de los números 3,7,9 y 12, repetición tripe (el tercer día, el tercer hijo...), cancioncillas y rimas, lenguaje cuidado pero sencillo, y giros y modismos populares.
En cuanto a los contenidos, en la primera edición había muchas madres asesinas, gente degollada y decapitada, mutilaciones (las hermanastras de la Cenicienta se cortan los dedos de los pies para que les quepan los zapatos), torturas (a la madrastra de Blancanieves la obligan a bailar con unos zapatos de hierro calentados al rojo vivo...), y en ese plan.
Para no escandalizar a niños ni a la burguesía, los cuentos fueron "adaptados": las malas madres se convierten en madrastras, las torturas se suavizan o suprimen y remedios de este tipo. Por cierto, el hecho de que hubiese tantas "madrastras" es debido a la muerte de muchas mujeres tras el parto. Los maridos se casaban de nuevo y la inquina de la nueva mujer por los hijos del esposo estaba a la orden del día...
Me ha resultado sumamente instructivo.