La señá Montiel descansaba to estirá en la chaise-longue mientras aguardaba la llegada de su maromo pero éste no acababa de acudir y a ella se le iban consumiendo los puros asín que tuvo que ponerse el chándal con los tacones (la Martirio dixit) y se acercó en ca la tabaquera para alijenciarse un paquete.
-Hija mía de mi alma y de mi corazón, -le dijo a través del celular a su mejor amiga, la Díaz-, ¿pos no que me he topao con este cartel en el estanco...? No sé si llamar al Gabilondo, a la Bibi, a la Triniá mi Triniá , a la Teresita o a la Salgado.... porque es que me se salían las órbitas de los mis ojazos negros. Si por poco me se cae la ceniza del cigarro en la canaleta y me se queman los pechos tan turgentes que Dios me ha dao. Yo no sé ánde vamos a llegar con tanta incurtura, hija mía...
(La Celia Villalobos, dicen, escribió "hortopedia" al firmar en no sé qué hospital. Hace poco, con la cosa del día del libro salió por el telediario un reportaje sobre las palabras españolas más bonitas y estos ojos, míos, vieron "cachivache" escrito con B. En el telediario de la 1, a las tres y algo).
Pos na, que a ver si vamos escribiendo un poquiquio mejor ¿no?