martes, 31 de agosto de 2010

Cafeulises irlandés

Fotografía de Diego Morales
Bueno sí lo conseguí ya formo parte qué calor hace puñetas del número siempre restringido nunca acertado enexcesoestadisticado de los lectores que han leído el Ulises de James Joyce irlandés de la verde Erín con sus 908 caras una página dos caras de novela añádanse CLXXXIV caras de introducción redactadatraducidaeditada por Francisco García Tortosa para Cátedra Letras Universales en 7ª edición 2009 que me la he leído toda sin enterarme de nada nada pero por cuyos efectos estoy sí pero no obnubilado que no sabría decir de qué va y tampoco podría aconsejar desaconsejar su lectura por tanto que se me antojara un desfile de ropas estrafalarias esta tela me place este diseño me complace este complemento me displace me requeteplace esta combinación me desplaza mis opiniones es cierto todo lo que se ha dicho es mentira todo lo que se ha dejado de decir.

viernes, 27 de agosto de 2010

Quien no se consuela es porque no quiere

Fotografía de Diego Morales
Mojácar (Almería - España)

En cierta ocasión y durante una comida (a la que fui invitado, todo sea dicho) una "comensala" anunció que se iba de vacaciones a Sicilia, una segunda "comensala" informó que ella se iba de crucero desde Barcelona a Marsella y de allí a Córcega; un tercer comensal comentó que pasaría una quincena en Madagascar. Cuando me preguntaron dije que yo me iba al campo donde teníamos una balsa de riego (pero me callé que me bañaba con las ranas).
Si la pitanza se hubiese desarrollado este año habría dicho yo, "to" puesto y "mu" ufano, que íbamos a pasar unos cuantos días en un cámping de Mojácar, Almería, Andalucía, España...
[A la Miguela Obama le han mirado hasta el último michelín (no se rían con el chiste, por favor) mientras que nosotros teníamos toa la playa pa nosotros, desde la torre de Macenas hasta la del Pirulico].

jueves, 26 de agosto de 2010

Tachán tachán

Fotografía de Diego Morales

Bueno, pues los albañiles se han portado. Y se han portado doblemente, como tiene que ser. Por un lado han acabado en el plazo previsto (llegaron a las ocho y diez y se fueron a las tres y media), con su pausa para el almuerzo, para traer más cemento, para llevarse los escombros... Y por otro lado han dejado el triple de suciedad de la que ya había...
Bueno. Cerraré los ojos y la casa y ya volveré el sábado a limpiar. ¡Lo mismo entran los cacos y me lo limpian todo! (¡Qué chiste más malo, lo sé! No se rían, por favor).
¡Y me da igual que el contraste entre unas losetas y otras sea escandaloso...! Jajajaja.

Mi caaaaszzzzzsaaaaaaaaaa

Fotografía de Diego Morales


El año pasado por estas fechas noté que la casa estaba viva. Se me pusieron los vellos del cogote tiesos como púas de erizo cuando, de noche, atravesaba el pasillo y notaba que una losa se estremecía a mi paso. Con los días, noté que la superficie de baldosas se ondulaba y cambiaba de posición como las arenas del desierto. Ya no cabía duda ninguna. Mi casa estaba encantada pero yo no estaba encantado de tener visitas alienígenas o paranormales o espirituales, vaya que no. Pasaron las semanas y el pasillo se parecía más a un bancal que a una mansión hecha y derecha porque las losetas se levantaron como si fueran caballones de patatas. Si por poco nos matamos al atravesar el pasillo de noche para ir de una habitación a otra. Los amigos de mis hijos decían que qué guapada de casa, con una pequeña montaña dentro y todo. Quitamos las losetas que parecían pequeñas pirámides y pa disimular y no rompernos los cuernos colocamos una alfombra mu grande mu grande que tapaba todo el desaguisado. A esas alturas de la película, ya me di cuenta que ni polstergueis ni fantasmas. Los que sí parecíamos zombis éramos nosotros al pisar la alfombra y notar el crujido del cemento descascarillado y las losetas medio rotas. ¡Qué horror y espanto!
Pues nada, un año después, hoy tenemos a los albañiles en la casa. ¡Qué alegría!
Visité cientos de tiendas de terrazos por ver si encontraba el mismo dibujo de gres pero nada de nada, así que de perdidos al río: unas plaquetas totalmente distintas pa que se vea mejor el contraste, jajajajaja.
Gracias a que estoy encerrado mientras los señores albañiles trabajan, me ha dado tiempo a ponerme al día con el blog.
Como se levanten más losetas, lo que hago es un jardín interior, con arriates pa plantar tomates y lechugas...

martes, 10 de agosto de 2010

¡Y entró...!

Fotografía de Diego Morales
La moza con las piernas en el salpicadero, los niños con bártulos en las rodillas, el maletero abarrotado y el coche a punto de empinarse como los caballos, de tanto peso como llevaba en los cuartos traseros... pero ¡mis piedras! ¡Aunque hubiese tenido que dejar a un crío allí mismo en la playa, sitio para mis pedruscos no falta, vaya que no!

domingo, 8 de agosto de 2010

Ande yo fresquito...

Fotografía de Diego Morales

¿Quién andará bajo los toldos? Sí, sí. Que vaya cutrerío, que vaya Españaprofundasocavón, que si domingueros, que si casposería hispánica. Sí, sí.
Pues teníamos la playa para nosostros solicos, estábamos a la sombra, teníamos las neveras repletas de cerveza y un chiringuito para comer al lado.
¡Y no dejamos ni una miajica así de basura!
¡Refrésquense y dénse ustedes un capuzón!

viernes, 6 de agosto de 2010

Macguíber se queda en mantillas

Fotografía de Diego Morales

Vamos contentos, vamos radiantes, los niños detrás y nosotros delante... (cantan los MOJINOS...) cuando al abrir la nevera playera nos dimos cuenta de que teníamos birras, cubitos y vermú... pero ¡nos faltaban los vasos! ¡Menos mal que mi amigo Jesús tiene más recursos que el Macguíber y con la navaja Opinel que cargo siempre encima, cortó la lata y nos hicimos nuestros "vermuses"!
Ya hasta veíamos el mar, la playa y hasta a los críos con ojos más benévolos y todo...
¡Va por ustedes!

lunes, 2 de agosto de 2010

Yo soy MURAKÁ, MURAKÁ, MURAKAAAAMI

Fotografía de Diego Morales

¡Si es que este Haruki MURAKAMI me sorprende, me encanta, me entretiene, me fascina, me tiene obnubilado!
Esta novela sigue siendo tan genial como las otras. Cuando pueda, comentaré algo más sobre ella, por el momento aquí les dejo unos fragmentos que me han provocado unas risas controvertidas (mis hijos dicen que parecen de hiena, la gata Lisi se ha asustado, las chicharras se han callado y las ranas se han sentido ofendidas).
¡Qué panzá a reir que me he dado!

[- Dime, ¿siempre comes tanto? –me decidí a preguntar.
- Sí, más o menos –dijo ella sin darle la menor importancia.
- Pero no engordas.
- Tengo dilatación gástrica - dijo ella -. Por eso como tanto y no engordo.
- Hum… Pues debes de gastar un dineral en comida ¿no?] Páginas 106, 107

[… Cuando las mujeres gordas se visten de rosa suelen ofrecer una imagen algo imprecisa, como si fueran enormes pasteles de fresa, pero en ella, por la razón que fuese, aquel color parecía nítido y discreto.
- A tu abuelo le gustan las chicas gordas, ¿verdad? – pregunté para asegurarme.
- Sí, claro –dijo la joven de rosa-. Por eso siempre voy con cuidado para engordar. Con la comida y demás. En cuanto me descuido, adelgazo rápidamente, así que intento atiborrarme de mantequilla y de crema.] Página 214.

[No obstante, proseguimos nuestro camino río arriba. Ella me precedía. Al dirigir el haz de luz a su espalda, veía cómo sus pendientes de oro, del tamaño de un sello, relucían vivamente.
- Esos pendientes, ¿no son un poco pesados para llevarlos siempre puestos? – le dije, dirigiéndome a su espalda.
- Estoy acostumbrada –respondió-. ¿Y el pene? ¿Has sentido tú alguna vez que te pese el pene?
- La verdad es que no. Nunca.
- Pues es lo mismo. ] Página 237.