Fotografía de Diego Morales |
Por aquí por los Sures, las temperaturas estivales son tan implacables que tenemos que reflejarlo lingüísticamente de alguna forma.
El calor, masculino singular, ocupa la franja entre los 25º y 35º Celsius.
La calor, femenino singular, continúa hasta los 40º.
Y a partir de los 40º ya hablamos de las calores, femenino plural, que es el acabóse, el me voy a morir ya, el este año hace más calor que el año pasado (mentira), el esto no hay quien lo resista...
Alguien de los Nortes preguntará, ¿y por debajo de los 25º? Ay, señor mío, firmaba yo por tener 25º grados.
De un año para otro se nos olvidan las calores, igual que se nos olvida el dolor...