viernes, 11 de abril de 2014

"Pelo de zanahoria" de Julio Renard


¿Les ha ocurrido a ustedes aborrecer un libro sin haberlo leído, por supuesto, y sólo porque otros lo nombran?
Prejuicios, se llama esa conducta. A mí, que los tengo hasta decir ¡basta!, me pasa con mucha frecuencia.
A veces me bajo del burro y a veces no, depende de muchos factores imposibles de reseñar y que se resumen en “porque sí”.
A “Pelo de zanahoria” (“Poil de carotte”) de Julio Renard, le tenía unos odios horribles y  una manía paranoica. Pensaba que sería una novela cursi, empalagosa y mema. Pero ¡qué va!
Hace unos días se me ocurrió adquirirla para mi kindle y ayer tarde, mientras esperaba en el taller a que cambiasen los neumáticos del coche, la acabé.
¡Me ha gustado una barbaridad!
Madame Lepic es una redomada cabrona hijaputa. Monsieur Lepic un perfecto indolente malafollá. Félix y Ernestina unos perros consentidos. Y Pelo de zanahoria un pillo cabroncete, cruel, espabilado, tierno y aprendiz de gamberro. Nos quedamos sin saber cuál será su devenir.
La novela está muy bien escrita, con lenguaje ágil, con muchas técnicas narrativas. Renard va al grano y los granos que te ofrece son auténticas perlas de sencillez y profundidad.

¡Lo que me hubiera perdido por mi mala cabeza y mis tonterías prejuiciosas!


10 comentarios:

Las Gemelas del Sur dijo...

Son los mismos prejuicios que cuando mi madre me decía frente a un plato nuevo: no digas que no te gusta si no lo has probado y que razón tenía.

Besos y buen finde.

Dyhego dijo...

yo sigo manteniendo muchos prejuicios, Gemelas. A veces consigo vencerlos, otras, no.
En relación con los libros, tengo muchos. Si me cae mal un escritor, no lo leo.

Salu2, Gemelas.

tecla dijo...

Creo que a mi me pasa también, pero con algún autor cuyo nombre no quiero decir por si acaso.
No me gustaría perjudicarle.
Y el caso es que el escritor me cae bien.
Pero hay algo que me falla y no sé lo que es.

Pensando en Haiku, Karin Rosenkranz dijo...

Para opinar siempre pienso lo mismo. Primero leo el libro y luego hablo.
un saludo

L.N.J. dijo...

De eso vivimos mucho Diego, de prejuicios.
Por cierto, a ver si mejoramos el dibujo ehh:)

Un beso

Dyhego dijo...

Tecla:
¡Me has dejado intrigado! ¡Qué curiosidad!
¡La lectura es como las comidas, si no te entra no te entra!
Salu2 hambrientos.

Dyhego dijo...

Karin:
¡Eso lo hacéis las personas sensatas! :)
Y es lo que debería ser... pero... pero... los que tenemos muchos prejuicios somos así de injustos. :)
Salu2 lectivos.

Dyhego dijo...

Lourdes:
¡También me llevo muchas sorpresas, no creas! Escritores que me han sorprendido después de creerlos estúpidos y al revés...
¡Ya quisiera yo saber dibujar!
Salu2 dibuja2.

LA ZARZAMORA dijo...

Nací en una familia de pelirrojos...
Mi padre era un buen Poil de carotte, yo salí con reflejos... mi madre era una buena castellana de Guadalajara, mi padre una especie de vikingo nacido en Ibiza.
Mi hijo salió poil de carotte...
Quieres creer que pese a los años que tiene ese libro, y las representaciones teatrales que la France hizo de él, ese racismo hacia los pelirrojos sigue aún en 2014 intacto??

Bueno... a mi hijo lo maltrataron por ser un pelo de zanahoria hasta el día de hoy.
Y le dije...
Fíjate, mi niño, que eso va a hacer de ti un ser especial.
Y así es, y seguirá siendo hasta ahora..
Le caen las novias, los amigos latinos negros raperos, y hasta la bachata actual.

Nada peor que colgarle los San Benitos a alguien...
Qué pena de gente, no??

Bizz, murcianico.

Dyhego dijo...

Zarzamora:
¡Y que todavía estemos con esas tonterías de colgar sambenitos!
¡Algunos son borregos y no pueden soportar que alguien se salga del rebaño...!

Salu2 pelirrojos.