Fotografía de Diego Morales |
“Les
feuilles mortes se ramassent à la pelle”, cantaba Yves Montand, pero a veces se necesita no una
pala sino una excavadora de cubeta ancha para
recoger tanta hoja muerta (léase: prejuicios, manías, tonterías,
conversaciones vanas, palabras huecas, palabras que no dijimos, ideas absurdas,
pensamientos estúpidos, reflexiones hirientes…). Si nuestra cabeza fuera un
ordenador sería tan fácil pulsar la tecla “eliminar”…
8 comentarios:
Dyhego:
Por eso más importante que el buen recuerdo, a veces, es mejor el buen olvido.
Salud.
clochard:
Ambos son esquivos: se difuminan los buenos recuerdos y no se desvanecen los malos.
Salu2 recorda2.
Habría que robotizarse sentimental y emocionalmente.
Y sí, darle al eliminar y todo a la papelera y a resetearse de nuevo tras cada golpe.
Probaremos...
Bizz, Diego.
Zarzamora:
Esa una lástima que no podamos hacerlo con tanta facilidad. Ahora mismo necesitaría yo un buen reseteo.
Salu2.
Resetarnos, eso estaría bien a veces
Un abrazo Dyhego
Mádison:
Un reseteo, una puesta a punto, una poda, un dragado, lo que sea, jajaja.
Salu2.
Y si no eliminar, al menos sí que podríamos usar un poquito de Ctrl + Z. Yo, con eso, me conformo.
Jota:
Yo también me conformaría con ese cóntrol...
Salu2.
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