![]() |
| Fotografía de Diego Morales. |
¡Y ésta sí que es la última, ultísima novela que me he leído, la vigésima! Mémé dans les orties, de Aurélie Valognes. Editorial Le livre de poche.
¡Pues ya está bien, menuda castaña nos estás dando con tanta lectura! ¡Pues no leas las entradas si no quieres, viejo gruñón! ¡No me tientes!
Me la he leído y no me la he leído aún. ¡A ver si te aclaras! Es que tengo la costumbre de leerme las novelas dos veces (la de Vivian Gornick también me la leí dos veces, pese a que no me gustó demasiado). Así que la primera ronda está hecha y ahora mismo me quedarán 40 páginas más o menos. Cuando salga publicada esta entrada, ya la habré leído por segunda vez.
Se trata de un viejo gruñón al que le pasan muchas cosas en el edificio de París donde vive. Hay una portera quisquillosa, una vecina amable, una niña muy espabilada, una hija en el otro lado del mundo...
Los viejos gruñones dan mucho juego en el cine y en la literatura pero ¡líbrenos Dios de vivir con uno!
¿Lo dices por ti? No. Lo digo por ti. ¡Vaya por Dios!
Gracias, E.

1 comentario:
Viejos o jóvenes gruñones, que ya creo que los hay. Por no decir de edad media y en la familia.
Publicar un comentario