En defensa de las gárgolas: No nacimos, me dicen, para expulsar inmundicias, aunque las palomas depositen las suyas en nuestras testas y en nuestros vientres.
Fue un gran invento en su tiempo. Se podrían haber quedado en mera solución arquitectónica y sin embargo además se convirtieron en esculturas.
Soy un ardiente defensor de las gárgolas, aunque algunas estén repuestas con alegría del siglo XIX (Viollet le Duc entre sus recreadores) Los visitantes de monumentos suelen obviarlas, pero yo ejercito la vista y hablo con ellas.
No acabo de entender la relación entre gárgola y destino, pero la interpretación y la conversión de lo extraño existente en metáfora es de libre acceso.
Por cierto, ¿de qué edificio se trata el de la fotografía?
Fáckel: también me atraen las gárgolas y suele echarles fotos, aunque mi máquina no tiene un zoom tan potente como para poder captarlas con nitidez. En cuanto a la asociación, como estoy pasando unos momentos tristes, no todas las relaciones que me vienen a la cabeza son positivas. Teniendo en cuenta que las gárgolas son monstruos y de la boca de un monstruo no puede salir nada bueno (en un sentido iconográfico, simbólico, etc, etc) se me ocurrió compararlo con el destino, que siempre va poniendo zancadillas y lanzando basura. Gracias por tu comentario. En cuanto a la foto, es la iglesia de la Asunción de Letur, en la sierra de Albacete. Salu2.
Zarzamora: es una frase que siempre se escucha, pero creo que no siempre se cumple. A veces sí. De todos modos, el destino es cruel en general. Algunas veces no, pero las más de las veces sí. En fin, no estoy yo para cavilaciones etéreas. Muchas gracias. Siempre acertada en tu palabra. Gracias. Salu2 éternels.
10 comentarios:
Nadie está libre, de pasar por esa experiencia.
Buenas Noches. Feliz descanso.
En defensa de las gárgolas: No nacimos, me dicen, para expulsar inmundicias, aunque las palomas depositen las suyas en nuestras testas y en nuestros vientres.
Fue un gran invento en su tiempo. Se podrían haber quedado en mera solución arquitectónica y sin embargo además se convirtieron en esculturas.
Soy un ardiente defensor de las gárgolas, aunque algunas estén repuestas con alegría del siglo XIX (Viollet le Duc entre sus recreadores) Los visitantes de monumentos suelen obviarlas, pero yo ejercito la vista y hablo con ellas.
No acabo de entender la relación entre gárgola y destino, pero la interpretación y la conversión de lo extraño existente en metáfora es de libre acceso.
Por cierto, ¿de qué edificio se trata el de la fotografía?
Saludos saturnales y de parte de las gárgolas.
Antonia:
creo que el destino depara más cosas malas que buenas.
Encontrar tu blog fue, sin duda, una cosa buena.
Salu2.
Fáckel:
también me atraen las gárgolas y suele echarles fotos, aunque mi máquina no tiene un zoom tan potente como para poder captarlas con nitidez.
En cuanto a la asociación, como estoy pasando unos momentos tristes, no todas las relaciones que me vienen a la cabeza son positivas. Teniendo en cuenta que las gárgolas son monstruos y de la boca de un monstruo no puede salir nada bueno (en un sentido iconográfico, simbólico, etc, etc) se me ocurrió compararlo con el destino, que siempre va poniendo zancadillas y lanzando basura.
Gracias por tu comentario.
En cuanto a la foto, es la iglesia de la Asunción de Letur, en la sierra de Albacete.
Salu2.
Vaya, ahora puedo interpretarlo. Siento haber sido indiscreto sin quererlo. Ánimo, sea lo que sea lo que te toque atravesar. Un abrazo.
Hola de nuevo, todo pasará, seguro, ¡ánimo!. Un GRAN abrazo Dyhego, viejo compañero y amigo de la red.
Fáckel:
muchas gracias por comentar y pasar por aquí.
No has sido indiscreto.
Y muchas gracias por los ánimos.
Salu2.
Granito:
¡cuánto tiempo sin saber de ti!
Me alegro mucho verte de nuevo. Tomo nota de tu blog.
Perdí los enlaces de muchos blogs.
Gracias y salu2.
Y pese a todo hay gente que aún dirá " lo que siembras recoges"...
Bises consternées, murcianico.
Zarzamora:
es una frase que siempre se escucha, pero creo que no siempre se cumple. A veces sí.
De todos modos, el destino es cruel en general. Algunas veces no, pero las más de las veces sí.
En fin, no estoy yo para cavilaciones etéreas.
Muchas gracias. Siempre acertada en tu palabra.
Gracias.
Salu2 éternels.
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