Letreros innecesarios

Fotografía de Diego Morales

Dos cosas me llaman la atención. 

La primera es la constatación, una vez más, del espíritu chapucero del que hacen gala nuestros munícipes. Alcaldes y alcaldas que apenas han acabo sus estudios de bachillerato. Edilos y edilas cuyas carreras universitarias consisten en haber corrido por los pasillos de las facultades buscando quien les firme un aprobado, un máster, un grado, lo que sea, para justificarse antes los electores y electoras. Y tanto sesudo estudio para acabar dando el visto bueno a horrores visuales como el que les muestro en esta foto.
Desde luego, y en esto coincidiremos todos, la fuente no tiene nada de especial, pero ocupa un bonito lugar, descansa el oído y refresca la vista. ¿De verdad hace falta poner ese poste con ese letrero y destruir inmisericordemente el paisaje? ¿No bastaría con una chapa discreta clavada en un lateral o sobre el alféizar?

La segunda es lo que se deduce del letrero: "agua no potable".
¿Tan estúpidos creen nuestros políticos que somos? ¿Quién en su sano juicio va a beber de una fuente ornamental? ¿Necesitamos que las autoridades nos recuerden lo que toda persona responsable e inteligente debería saber o deducir? A lo peor es esto, que cada día somos más irresponsables y más tontos.