Delirium

Fotografía cedida por DMA

Se acerca una época del año especialmente delirante.
Dejemos la religión de lado.
Los medios de comunicación nos van a demoler, triturar, machacar y destrozar sin compasión, hasta el delirium trémens ése.
Por un lado nos van a incitar a comprar para estimular la economía, para ofrecer un regalo a los familiares, para viajar, para aprovechar el blasfridi ése, porque yo lo valgo y porque yo me lo merezco.
A continuación nos ofrecerán las imágenes más atroces (que no menos reales, pero ése es otro asunto) para crearnos mala conciencia y nos lancemos a apoyar todas las causas humanitarias habidas y por haber, desde los bolígrafos solidarios hasta los paquetes de arroz solidarios pasando por los sms solidarios.
Pero al mismo tiempo saldrán por la tele todo un cortejo de cocineros, restauradores, chefs, cocinillas, masterchefs y expertos en nutrición, dietética y alimentación y nos propondrán platos y más platos y más platos a cual más apetitoso.
Acto seguido, para crearnos otra nueva mala conciencia, aparecerán por los diversos canales catódicos un hatajo de médicos, nutricionistas y expertos en mens sana y eso, que nos hablarán del colesterol, de los triglicéridos, del sobrepeso, de las calorías y del svrsvm corda.
Sin olvidarnos de todo un plantel de ONG's que nos pedirán más ayuda humanitaria para los que pasan hambre, y nos mostrarán imágenes de comedores sociales, gente que rebusca en los contenedores, fotos de niños gordos y de niños famélicos.
Y, para completar, veremos reportajes sobre montones de basura, montones de cartones, cifras de gasto energético en bombillas, polémicas sobre belenes, guirnaldas, estrellas, juguetes, reciclajes de todo tipo, reutilizaciones de todo tipo, peleas entre cuñados y aquí paz y después gloria.
¡Yo ya me noto sudores varios!