Fotografía de Diego Morales |
El taponero es una auténtica pesadilla casera puesto que ataca desde varios frentes y nunca sabrás por donde te vendrán los incordios. Tiene la horrenda manía de no enroscar nunca los tapones o, lo que es todavía más insufrible, los deja a medio cerrar de tal manera que si colocas una botella de leche acostada en el frigo porque no hay hueco donde quede de pie, zas, se desparrama el líquido por toda la nevera. El vicio del taponeo es concomitante al del tubeo : apretar los tubos por donde más gorditos están para que salga el chorro más copiosamente. Resultado: los deja deformes. A ti te toca emparejarlos de abajo hacia arriba, pero claro, en cuanto te descuidas el bulto llega al orificio y, hala, se desparrama una lava de crema. Si es de dentífrico, no lo vas a tirar y te cepillas dejándote el paladar como un recinto verbenero tras la fiesta de la espuma; si es de betún, te mancharás hasta las rodillas del pantalón y si es de mostaza te resbalará asquerosamente por los dedos. Un enfrisque repugnante.
La lista de horrores es interminable: botellas de aceite, gel, champú, vino, licores, colonia, detergente, suavizante, limpiacristales, limpiamuebles, lejía, alcohol, agua oxigenada, betadine; tubos de Ketchup, mostaza, leche condensada, dentífricos, betún, mayonesa; tarros de mermelada, fuagrás, compotas, salsas… todo esturreado por el suelo o por la nevera.
4 comentarios:
Ni taponeros ni tuberos, para pesadilla, lo que se dice pesadilla, es inagurar un rollo de papel higiénico. No veas lo bien pegaito que vienen, y siempre me toca a mí.
Un abrazo.
Naranjito:
La suma de horrores es infinita: ¿y cuando se te acaba la botella de butano y no hay nadie en la casa y tienes que salir medio en cueros o totalmente en cueros, mojado, muerto de frío a cambiarla...?
Salu2.
Qué me vas a decir a mi, Dyhego. Me sé ya todas las pesadillas estas.
Lo bueno de que lo cuentes es que me consuelo pensando que ya no es culpa mía.
Ya sabes: mal de muchoooos
O el que no se consuela es porque no quiere.
Tecla:
Y lo peor es que, aunque lo digas mil veces, te sueles encontrar el mismo panorama una y otra vez.
Salu2.
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