jueves, 31 de enero de 2013

Haruki Murakami


Saben ustedes que tengo debilidad por Haruki Murakami y esta macronovela, mil q ochenta y cuatro, no me ha defraudado.
Aomame y Tengo son tan reales que me gustaría tomarme un café con ellos. 
Me he descargado de internet la "Sinfonieta" de Janacek y, al igual que Aomame, la escucho cuando corro en mi bici estática.
Aunque utilice los mismos ingredientes, la comida que prepara Murakami siempre es diferente, siempre te sabe distinto, siempre la disfrutas.
Me gusta su lenguaje sencillo, sus comparaciones rocambolescas, sus historias fantásticas, su doble realidad, su forma de narrar "in crescendo", sus personajes.
Gracias, M.D.A.A., por haberme prestado los libros.
Fotografías de Diego Morales 

5 comentarios:

Jota Martínez Galiana dijo...

Como todos los grandes escritores, Murakami te sumerge en la atmósfera de sus libros hasta que no puedes dejar de pensar en ellos de forma obsesiva y llegas a pensar que todo lo que lees realmente está ocurriendo en otra parte. Esa es la magia de la literatura.
Sobre todo, no escuches la Sinfonieta en el coche.
Y si eres tan insensato de hacerlo en un atasco, ¡no huyas de la autopista por la escalera de emergencia!
A menos que quieras vivir bajo dos lunas...

Dyhego dijo...

Jota:
¡Ya veo que te lo has leído!
Me fascina la capacidad de Murakami para hilvanar historias y personajes.
Descuida, que llevaré cuidado con los consejos que me das. Sobre todo no iré a darme masajes...
Salu2 murakamianos.

Juan Carlos Téllez Gracia dijo...

Dyhego:

He mirado en la biblioteca y hay uno de Murakami titulado "Baila, Baila" si mal no recuerdo, que me servirá como iniciación. Ya te contaré.

Salud

Dyhego dijo...

Clochard:
¡Me lo acaban de prestar y aún no lo he empezado! ¡A ver quién lo acaba antes!
Salu2 nipones.

Despedidas de Soltera Bogota dijo...

que buen apunte y justificado con las fotografias. me queda claro.