Fotografía de Diego Morales
Según José Miguel Ridao, con este manual evitaremos que nuestros hijos se conviertan en individuos con esta pinta tan preocupante.
Mas, desde que me he leido este opúsculo, me asaltan preguntas miles:
- ¿La música heavy amansará a los corderitos o los convertirá en lobos?
- Si estos zagalones leen el libro, ¿recuperarán el tiempo perdido de su infancia y compondrán baladas?
- ¿Y si, en vez de nanas, les ponemos a los inocentes infantes rock?
- ¿Los cantautores han tenido padres comme il faut y por eso escriben canciones tiernas ?
- ¿Hay alguna conexión entre los gustos musicales de mi hijo mayor y mi seguimiento de los consejos de los manuales adormecedores de niños?
8 comentarios:
Lo malo es que no se convertirán en eso, los heavies pasaron a la historia. Serán una especie de draculines postcibernéticos, salvo por supuesto que sus padres hayan aplicado el método científico que viene en el libro.
Muchas gracias, Dyhego, y eso de opúsculo no me lo dices en la cara.
Mosieur Ridao:
¡Premio! (Y no digo más, jajaja)
Saludos ovinos.
¡Jajaja! Los tiempos cambian, querido Dyhego, pero las nanas siempre surtirán el efecto deseado en los bebés.
Un abrazo.
MJ:
¡Ummmm! Una nana punky, o heavy, o metal o rock... tiene que ser una pasada, jajaja.
Saludos musicales.
Solo te dirè que ser padres es muy difìcil y a mi los manuales que me leì no me han servido para nada. Pero lo sigo intentando....al final todo llegarà a su equilibrio.
un abrazo
fus
Y encima los niños vienen sin instrucciones. ¡Hala, arrégatelas como puedas!
Saludos pudientes.
Yo solía inventarme las nanas que le cantaba a mi hijo.
Y aún recuerda una...
No me ha salido rockero.
Besos, Dyhego.
Zarzamora:
Si no te ha salido rochero por lo menos te habrá salido fallero ¿no?
Au clair de la lune...
Saludos con mascletás y focs.
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