Fotografía de Diego Morales
"- Parece mentira que tengas quince años, Laura.
- Es que es un maldito chulo.
- Tengo derecho a la libertad de expansión -clama entonces el hámster. No es que sea idiota; equivoca las palabras aposta, para darnos trabajo y hacerse el interesante. Si no fuera porque es mi hermano y porque tiene momentos de un encantador que te desarma, ya le habría ahogado."
Estoy leyendo un libro en cuyo capítulo segundo me encuentro con el texto anterior. Este tipo de diálogos me resultan vomitivos por falso, imposible y antiverosímil.
Ningún padre ha escuchado tamaña tontería de boca de sus hijos. Jamás hermanos se han tratado con tanta indiferencia calculadamente cariñosa.
Terminaré de leérmelo como castigo que me he impuesto (pero aunque me torturen, no pienso revelar ni el nombre de la novela ni el del ¿escritor?).
Lo mismo es que mi familia tiende a parecerse más a los Simpson que a la Casa de la pradera... O que no capto las ironías ocultas del texto. O que estoy desfasado. O qué sé yo.
10 comentarios:
Jajaja...en casa somos más los Simpson también :D
Besicos
Almalaire:
Yo es que alucino cuando alguien me dice que sus hijos se llevan bien...
Los míos no se dirigen una palabra amable ni por equivocación...
Saludos infantiles.
He leído tres o cuatro veces ese diálogo y realmente no he conseguido encontrarle sentido. Bueno, sí, a la primera frase. Pero lo demás... No sé si merece la pena que te autocastigues ¿realmente has sido tan malísimo como para continuar con una lectura que ni te gusta ni te interesa? ¡Ay, dyhego, ya irás cumpliendo años y te darás cuenta de que es una imperdonable pérdida de tiempo! Besos.
Antes cuando me pasaba algo así, me decía a mí misma: ¿Te lo has comprado? Pues ahora te aguantas y te lo lees.
Pero días después pensé:
¿Y encima del dinero que me ha costado me lo tengo que leer?
Lo único que me gustaría es devolverlo pero a eso ya no he llegado.
Ahora me imagino a los lectores de mi libro devolviéndomelo. Me partirían el corazón de dolor.
Nunca jamás haría algo así.
Isabel:
Realmente, por aquello de ser breve, no ofrezco la información necesaria. Es una novela destinada al cosumo juvenial, como otras puedan dirigirse al consumo friki, y tiene los clichés de ese tipo de novelas (como las lentejas, si las quieres las tomas y si no... ): unas chicas de instituto que conocen a un compañero de clase distinto (todavía no he leído más) pero el mundo que refleja me parece tan patéticamente irreal (como las series de televisión: Al salir de clase, Física y química, etc) y falso, que me resulta irrisorio y deplorable. No hablo de "realismo" como un fiel reflejo de la realidad, sino de algo más sutil como la "resosimilitud". Cuando García Márquez cuenta en "Cien años..." que un personaje, al envejecer, se hizo tan pequeñita que parecía una muñeca y la acostaban en un canasto de ídem y los críos jugaban con ella, pues yo, como me creo la novela, me lo creo. Me refiero a ese tipo de verosimilitud que no encuentro en esta "novela". Una niña que habla de su hermano con el "desprecio" que se le presta a los hermanos menores pero con "cariño"; unas niñas que se comportan bien en clase aunque les pongan motes a los profesores, una clase donde los alumnos, más que menos, guardan silencio, orden, etc, etc... Vamos, algo tan edulcorado que resulta patético.
La he sacado de la biblioteca de mi centro y la leeré porque, a pesar de todo, me muero de curiosidad por saber en qué acaba...
Saludos y gracias por recabar en mi humilde blog.
Vale, Isabel.
Tecla:
he borrado tus dos últimas entradas sin tu permiso, la primera de ella porque era copia de la primera y la segunda porque te disculpabas por un error informático del que no eres responsable.
Aguna vez he dejado novelas a medio, unas por aburrimiento y otras porque necesitan más esfuerzo del que puedo prestarles en ese momento, a la espera de momentos más propicios.
No creo que nadie devuelva tu poemario, estoy seguro.
Salu2 y gracias.
Por eso sólo tengo un hijo...
Pero con mi hermano nos llevábamos a matar de niños.
Nunca me he terminado de leer un libro si no me ha entrado desde el principio.
Ya no estamos para perder el tiempo...
Y ánimo!!!
Besos, Dyhego.
Cosa más rara de diálogo, Dyhego???
Por fa por fa por fa, ¿quién es el autor? :-)))
Zarzamora:
¡Al final me lo leí! ¡Está escrito para estudiantes de instituto! Si con eso se consigue engancharlos... mejor, aunque los personajes son planos, planísimos. ¡Y eso que el escrito se las da de guay del Paraguay!
Salu2 literarios
Merce:
Satisfaré tu curiosidad, pero con letra pequeña, y sólo porque me lo pides tú:
"El cazador del desierto", de Lorenzo Silva, editorial Anaya.
Salu2.
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