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miércoles, 5 de noviembre de 2025

"Amado monstruo" de Javier Tomeo.

Fotografía de Diego Morales.

     Mi decimotercera lectura en lo que va de año ha sido Amado monstruo, de Javier Tomeo (Editorial Anagrama Compendium).
    No conocía a este escritor y me está gustando mucho, por su ironía y por su narrativa tan complejamente sencilla.
    Un señor de treinta años, que vive con su madre, viuda, decide presentar su solicitud para trabajar como vigilante nocturno en un banco porque quiere emanciparse o, por lo menos, ganarse el pan. 
    El entrevistador (Recursos humanos) y el aspirante mantienen un monólogo-diálogo (ahora lo explico) de lo más extraño y durante el cual van saliendo las peculiaridades familiares y personales que "los" convierten en "monstruos".
    Explicación de "monólogo-diálogo": es un diálogo porque se suponen que hablan el demandante de empleo y el recrutador, pero en realidad es un monólogo en tercera persona.
    El treintañero nos cuenta las respuestas que da y transforma las preguntas que le hace el seleccionador en otra pregunta, digamos, "anticipatoria".
    ¿Cómoooo?
    No sé explicarme mejor. Pongo un ejemplo (y no es literal del texto):
    Le respondo que vivo con mi madre. ¿Que si mi madre no quiere que trabaje? Claro que no quiere, lo que pasa es que es viuda y dice que con su pensión nos podemos mantener cómodamente...
    No sé si consigo hacerme entender.
    Al final no sabe uno si los "monstruos" son las madres, los hijos, ambos o ninguno...



3 comentarios:

Cayetano dijo...

De lo que se deduce que hay pocas cosas en en este mundo mejores que la lectura.
Saludos.

Dyhego dijo...

Cayetano:
de acuerdo contigo, hay algunas cosas que son mejores que la lectura...
Salu2 lectivos.

Fackel dijo...

Hace muchos años que no leo nada de Tomeo.