sábado, 16 de marzo de 2024

Óculos.

Fotografía de Diego Morales.

 

Escribí este relato allá por el 2006. Ordenando documentos me lo he encontrado y me apetece (re)compartirlo con ustedes. Creo que ya lo publiqué, pero vaya usted a saber qué día.

Óculos

    Todos reconocían que Sara era la más encantadora criatura que había pasado por el instituto. Los profesores alababan su disciplina en el estudio, los conserjes sus buenos modales, los chicos su atractivo y las chicas su compañerismo.
    Y, dentro del variado mundo estudiantil, cada grupo recibía de Sara aquello que necesitaba: apoyo los rezagados, estímulo los adelantados, atención los preocupados, aceptación los diferentes y para todos tenía una palabra de ánimo o una sonrisa de complicidad.
    Pero era su mirada lo que más fascinaba. Aquellos ojos dulces que absorbían el color del que los miraba sumían a la víctima en un estado de serenidad e indefensión que permitía a Sara apropiarse de las cualidades que necesitaba para seguir siendo perfecta.

Diego Morales.




10 comentarios:

Fackel dijo...

Pues muy estimulante y bien escrito este texto. La tal Sara lo tenía todo. Pero los ojos eran un arma en una contendiente maravillosa pero peligrosa a la vez. El poder de la seduccióna través de la mirada es inmenso. ¿Más que el de la palabra? ¿O el de las actitudes benéficas hacia los demás? No sé, tú dirás.

Creí que iba de gatos y te pasaba esto:

https://reptilector.blogspot.com/2024/02/fuga-del-minino.html

O esto

https://reptilector.blogspot.com/2024/03/fuga-del-sonriente-de-goya.html

La sonrisa es otra puerta.

Frodo dijo...

Sensacional, Dyhego profe querido.

Conozco un fanático de los gatos a quien le gustará mucho tu relato: el amigo Carlos a quien le pasaré el enlace de la entrada.

Abrazo, que andes bien!

diego dijo...

Conozco una Sara como la que describes, incluso tiene el mismo nombre: Sara. Se autodefine como "un gata sin dueño", y lo es :)

VENTANA DE FOTO dijo...

No recuerdo haber leído este retrato. Sara parece una hechicera, que deja a todos deslumbrados.
Un abrazo.

Dyhego dijo...

Fáckel:
gracias por tus palabras.
Sara es lo suficientemente cuidadosa como para absorber lo mejor de cada cual, en ello radica su encanto.
Supongo que la mirada es el principio, la palabra viene después. A veces ocurre que la mirada provoca buenas vibraciones y luego, recurriendo a ese dicho tan feo: "abre la boca y la ... fastidia".


He leído las dos entradas que me aconsejas.

El gato es un animal fascinante: su elegancia, su agilidad, su perfección, su actitud de independencia. En mi casa tenemos gata. No soy partidario de tener animales, pero ahí está.

En cuanto a la segunda entrada, creo que es una sonrisa burlona.

En cuanto al blog, un enigma. Da rabia no saber quién está detrás.

Gracias.

Dyhego dijo...

Frodo:
muchas gracias por tu visita.
Me he animado a publicar algo. Intentaré retomar el blog, ahora que se acercan las vacaciones.

Los gatos son fascinantes, aunque no soy partidario de tener animales en casa, prefiero que estén en libertad, pero en casa tenemos una gata y tengo que aceptarlo.
Salu2.

Dyhego dijo...

Diego:
las gatas son aún más espabiladas que los gatos, jajaja.
Salu2.

Dyhego dijo...

Antonia:
eso es lo que quería transmitir, que hechiza y absorbe lo mejor de cada cual. Las víctimas no son tan víctimas, creo...
Salu2.

LA ZARZAMORA dijo...

Hasta canciones se han compuesto a esos ojos de gata ;)
Los gatos poseen ese magnetismo y saber estar sin estar.
Muy lindo el relato, murcianico.

Bises miaulement.

Dyhego dijo...

Zarzamora:
al hablar de "ojos de gata" me han venido a las mientes unos versos de una canción de Sabina:
" Cántame una canción, al oído, y te pongo un cubata
Con una condición: Que me dejes abierto el balcón de tus ojos de gata".

Un gato nunca pasa desapercibido. Siempre hace lo posible para que te des cuenta si entra o sale (eso sí, como le dé por esconderse, nadie lo encuentra).

Salu2 chatiers.