martes, 5 de noviembre de 2019

Idiomas.

Fotografía de Diego Morales. Cracovia - Polonia.

Hace unos días leí en El País esta noticia sobre el conocimiento del idioma inglés por parte de los españoles, y también la volví a escuchar en el telediario. En el reportaje televisivo se mostraban muchas causas pero me llamó la atención la opinión de dos chicas, una alegaba que la gente se sentía ridícula y por eso le daba vergüenza hablar en otro idioma y la segunda chica reconocía que en su etapa escolar no había aprendido nada de nada, de inglés, se supone.
Me quedé entre enfadado y extrañado y me hubiese gustado meterme en la tele y preguntarle: ¿en las otras asignaturas tampoco aprendiste nada? ¿A qué te dedicabas en clase?
No voy a enmendarles yo la plana a gentes "sabidas" y expertas en pedagogías idiomáticas, pero en mi humilde experiencia la gente que no aprende idiomas es porque no le da la gana. De igual forma que la gente que no hace ejercicio físico es porque no le da la gana. Y la gente que no aprende a cocinar es porque no le da la gana. Y en ese plan.
Perdonen que ponga ejemplos personales, pero creo que todos tendremos vivencias parecidas.
Hace unos años, y por razones que no vienen al caso, se me puso entre ceja y ceja aprender a tocar la flauta. Me compré una de ésas que valen cinco o seis euros, me fotocopié las partituras de los libros de texto de música de 1º y 2º de la ESO, les pedí consejos a mis compañeros de música e incluso a mis hijos para que me enseñaran a soplar y a reconocer las notas y tras muchas horas de infierno para mi familia y para los vecinos a los que les llegaban mis horribles salidas de tono, ahora soy capaz de tocar el "cumpleaños feliz", el estribillo del "Titánic" o el principio de los Carmina burana. Sigo sin saber leer una partitura. Me aprendo las notas de memoria. Cuando me encuentro con una de esas notas altas (ésas que se escriben en la parte alta del pentagrama, que no sé cómo se llaman porque soy nulo en música) y no consigo poner los dedos correctamente en los agujeros de la flauta, me enfado, tiro la partitura y busco otra más sencilla. ¡Hala!
Con esto quiero decir que, evidentemente, nunca me van a llamar para interpretar la Flauta mágica, pero he aprendido a tocar muchas melodías sencillas.
¿Y qué decir de las comidas? ¡Anda y que no se me han quemado a mí las lentejas, o me ha salido un asado con las patatas más duras que las piedras, o el pescado se me ha quedado fosilizado! Pero ahora me salen unas lentejas riquísimas y hago unos bizcochos muy apañados. No sé hacer pan de calatrava ni consigo que la sepia me salga blanda, pero hago flanes y las tortillas de patatas me salen comestibles. Evidentemente, el comisario Montalbano (qué grande Camilleri. Descanse en paz.) no me va a pedir que le haga de comer, pero "sono capabile de dire quattro cose en italiano"...
Sigo varios blogs en portugués y consigo entenderlo casi todo. Por supuesto tengo que recurrir a menudo al diccionario, pero ya conozco muchas palabras y estructuras.
En fin, que querer es poder.

8 comentarios:

LA ZARZAMORA dijo...

tienes razón, murcianico.

Me gustaría oírte en un concierto...
;)

Bizz autodidactes.

Pitt Tristán dijo...

Conozco gente que se aplica a estas prácticas que citas porque Vicente va donde va la gente, otra cosa es el que tiene esa vocación lo cual me parece más que interesante que dedique su esfuerzo a lo que le hace feliz. Dicho esto, sigamos.
Tienes toda la razón en lo que dices. Leía y me analizaba a mi mismo, que es mi método de comprobación pragmática, e iba asintiendo con la cabeza a cada frase tuya. Tengo exigüos conocimientos de inglés y no he avanzado más porque no me ha dado la gana; lo mismo me ocurre con el ejercicio físico, esto más bien es aversión, fobia; o con la cocina de la que me defino como un teórico y, acaso, degustador.
A pesar de estas carencias, porque no me ha dado la gana, he sobrevivido y me he librado de tener que ir haciendo proselitismo de tan nefandas modas aunque comprendo que cuando uno es abocado a estos menesteres sin tener afición o necesidad tiene el impulso de intentar convencer al resto para sentirse arropado por el conjunto borreguil. Ocurre lo mismo que cuando uno se gasta un pastón en un viaje de esos de horas y horas de avión, de penalidades de "aventura", de madrugones inverosímiles y ver paisajes -que como dijera el poeta no dejan de ser un convencionalismo- o museos, cuando en su ciudad de procedencia no ha visitado ni una humilde sala de exposiciones y entiende menos de arte que yo de mancuernas. ¿Cómo después de ese dineral va a quejarse de la experiencia? Viene contando que es maravilloso, que es enriquecedor y que viajar es muy bueno para el cerebro (se le olvida añadir: si tienes cerebro).
Resumiendo: el que es imbécil seguirá siendo imbécil haciendo el calamar templado con ajo negro y aceite de picada, de Jordi Artal; haciendo miles de kilómetros con la Bicicleta Elíptica -lo peor qes hasta que logras arrancar, luego todo derecho hasta Móstoles-, o aprendiendo inglés que, combinado con el gimnasio, le ayuda a comprender qué es el aparato llamado StepMills, que ya hace falta ser gilipollas para pagar subiendo escaleras cuando vives en el séptimo.
Te agradezco me hayas recordado qué es lo que no hago para recordarme, valga la redundancia, que tengo criterio.

Abrazo.

Alís dijo...


Una cosa no quita la otra. Y me refiero a esa frase de la chica que dice que en el colegio no aprendió nada. En ella escucho dos cosas: que el nivel del enseñante no era bueno (eso porque recordé a una profesora de inglés que tuve que parecía que aprendía inglés por fascículos antes de darnos la clase, y hablo de muchos años atrás) y que nuestro nivel de exigencia para decir que sabemos algo es muy alto.

Dicho esto, creo que aprender depende de cada uno, que el primer paso es poder decir no sé, el segundo es el que tu dices: tener ganas. Y a partir de ahí, práctica y paciencia.

Besos

VENTANA DE FOTO dijo...

"Querer es poder". Eso nos decía constantemente una profesora que tenía en clae, cuando se le decía que no se había podido hacer alguna tarea. También hay otro eicho muy popular que dice " El que mucho abarca , poco aprieta"

Los niños ahora, se han acostumbrado a una vida muy cómda. El esfuerzo parece haber sido desterrado de su vida.

También mi opinión particulas es que cada persona tiene un talento especial y que hay que tenerlo en cuenta para preparase para una profesión. No todos los alumnos deben optar por un título universitario. Hace falta también buenos fontaneros, buenos agricultores, electricistas, cocineros etc, etc...Si cada persona trabaja en lo que le gusta, es capaz de disfrutar trabajando.

Hay cosas que se te dan bien y otras que se te dan mal . En el dibujo he sido siempre un desastre y nunca me he apuntado a un taller de dibujo. Repecto a la música, ya de pequeña me iniciaron en el estudio del solfeo, lo único que me faltó hacer es aprender un instrumento. El instrumento que me pusieroon en las manos fue un violín y al ponérmelo en el cuello sentía una gran molestia. Mi inclinación iba más por el piano, pero había que disponer de epacio para tener ese instrumento. La dificultad que tenía era que las teclas de una mano se leían en clave de sol, mientras que en la otra, me parece que era en clave de fa.

A pesar de que la plástica no era lo mío, me metí en un taller de hacer un repujado de cuero y realicé algunos cuadros. Otra temporada también me introduje en hacer unor trabajos de cerámica y mi trabajo consistió en un marco para un espejo.

Aprendí también a hacer labores de ganchillo y de punto de cruz. Como ama de casa, soy la encargada de guisar.

Besos




Dyhego dijo...

Zarzamora:
¡no te lo aconsejo! ¡Sería algo así como escuchar a un elefante tocar el piano, jajaja!
¡Así como Josemari Aznar hablaba catalán en la intimidad, yo toco la flauta en la soledad, jajaja!
Salu2 hamelins.

Dyhego dijo...

Tristán:
gracias por el comentario. ¡Toda una declaración de principios! ¡Muy bien!
Es muy interesante como cada cual saca sus conclusiones o sigue una línea de pensamiento acorde con sus gustos y creencias. Me parece muy interesante.
Hay cosas que hay que hacer por obligación y otras por devoción. A veces por imitación, como señalas.
Pues eso, que cada cual aplique su criterio y haga lo que le dé la real gana.
Salu2 voluntarios.

Dyhego dijo...

Alís:
tienes razón, todos hemos tenido profesores que nos han hecho aborrecer su materia...
A veces les echamos la culpa a los demás por no querer reconocer que, en la mayoría de los casos, los responsables somos nosotros. Pero hay que asumirlo.
Un saludo.

(No sigo porque me tengo que ir ya al trabajo)

Dyhego dijo...

Aantonia:
gracias por tu intervención.
Sinceramente creo que cada cual tiene una habilidades, que habría que desarrollar.
Pero también creo que casi todos somos capaces de hacer más de lo que creemos. No lo haremos fantásticamente, pero hacer algo decente, aunque sea para uno mismo, eso sí se puedo. Me refería a esto concretamente.
Salu2 y muchas gracias.