Construcción olivarera

Fotografía de Diego Morales

Uno de mis defectos/virtudes es que, cuando quiero, puedo ser muy paciente. Soy capaz de desarrollar una paciencia infinita.
He estado guardando todos los huesos de olivas que me comía y todos los tapones de vinos que se han abierto en mi presencia para construir un castillo. En principio se trata de un castillo para el rey Herodes, pero no sé si habrá sitio para colocarlo en el belén.
Empecé pegando los huesos con cola, pero un alma caritativa me informó de la existencia de la silicona caliente y la pistola correspondiente.
¡Madre mía, que no conocía yo tales adelantos de manualidades!
¡Un antes y un después!
Antes del feliz conocimiento tenía que construir una hilera de huesos, después colocar la maqueta al sol y esperar a que se secara y a que yo tuviera otro rato libre para seguir con la fila siguiente.
Pero con este invento, ¡qué felicidad! en dos o tres segundos ya estaba solidificada la silicona.
¿Por qué no me informó nadie antes de ese invento?