domingo, 17 de marzo de 2013

El Emilio roussoniano (4)

Fotografía de Diego Morales. Claustro del Monasterio de las Dueñas. 
Salamanca - España
“Je ne me chargerais pas d’un enfant maladif et cacochyme, dût-il vivre quatre-vingts ans. Je ne veux point d’un élève toujours inutile à lui-même et aux autres, qui s’occupe uniquement à se conserver, et dont le corps nuise à l’éducation de l’âme.”

Nota 4. « L’Émile ». Jean-Jacques Rousseau. Versión Kindle (25/4/2012)

“No me encargaría yo de un niño enfermizo y cacoquímico, aunque viviese éste ochenta años. En absoluto quiero yo a un alumno que nunca será de utilidad ni para él mismo ni para los demás, que sólo tenderá a conservarse y cuyo cuerpo perjudicará a la educación de su alma”.

Rousseau delimita cómo ha de ser su alumno ideal (para que se confirmen sus teorías). Curiosa forma de “investigación”: primero expongo lo que quiero demostrar y después busco el ejemplo que me permita tal logro…
De igual manera que un carpintero busca la mejor madera, Rousseau quiere al mejor alumno. Eso no significa que el carpintero desprecie el resto de maderas (le podrán servir para otros muebles). Tampoco Rousseau propugna la eliminación de alumnos “imperfectos” (no quiero echarle yo esa cruz), pero la frasecita puede dar lugar a interpretaciones malvadas. Esto nos llevaría al “injusto” procedimiento de coger frases sueltas y descontextualizadas para utilizarlas artera y capciosamente. (Imagínense esta cita con el subtítulo siguiente: “¿Quizás también Hitler bebió de las enseñanzas de Rousseau?”

No es mi intención, desde luego.

6 comentarios:

tecla dijo...

Veo la gran estima que te produce Rouseau.
Y yo que cuando quiero dármelas siempre digo aquella frase de:
"El hombre nace libre y por doquier se encuentra encadenado"
Creo que las cadenas que hemos de poner en la educación es la de aprender a convivir los unos con los otros aparte de las que nos ayudan a sobrevivir en esta selva de humanos en la que nos hemos convertido.

Y eso no se puede alcanzar sin una buena disciplina.

Dyhego dijo...

Tecla:
Tienes razón en esa paradoja. Leí hace tiempo un artículo de Savater en el que exponía, precisamente, esa paradoja: la disciplina te lleva a la libertad.
¡Y a la vista está! ¿Los niños que hacen lo que les da la gana son adultos más libres, más críticos, más responsables y más cívicos?
A la vista está que no...
Salu2 ginebrinos.

Jota Martínez Galiana dijo...

Pues hombre, un pelín nazi sí que suena, ¿no?

Dyhego dijo...

Jota:
Fuera de contexto, esta frasecilla de marras daría mucho de sí, pero, siendo justos, Rousseau no habla de destruir a los niños con problemas. Simplemente quiere que su Emilio sea sano sanote y listo listote, jejejeje.
Salu2 listísimos.

LA ZARZAMORA dijo...

Jajajajajj
Qué brutillo eres!!!

Bueno también dijo esto Rousseau :

"La única costumbre que hay que enseñar a los niños es que no se sometan a ninguna."

La seule habitude qu'on doit laisser prendre à l'enfant est de n'en contracter aucune.

Y también está en l´Emile...

Bss, Diego.

Dyhego dijo...

Zarzamora:
Ese pasaje se me ha pasado... Como lo leía tan rápido para terminarlo cuanto antes,jejeje.
Pienso que las costumbres en los niños, en su justa medida, no son nocivas...
Salu2 ginebrinos.