Fotografía encontrada en internet. "Las Meninas" Velézquez
Este verano me leí un libro que me pareció sumamente interesante. "Creatividad. El genio y otros mitos", Robert W. Weisberg. Ed. Labor.
No tengo ni idea de quién es el autor, ni de su importancia ni de su trascendencia, pero es de esos libros que te hacen cambiar perspectivas e ideas. De pronto, se enciende el fuego porque las brasas estaban a punto.
La tesis de este señor es que los genios no son unos seres feéricos provistos de una varita mágica con la que hacer milagros sino personas muy inteligentes, eso sí, por supuesto, dotadas, además de paciencia y de constancia que han estudiado, que se han equivocado, que han sentido curiosidad, que se hacen preguntas, que han aprendido de experiencias y errores, propios y ajenos y, sobre todo, que han trabajado mucho.
Dedica varios capítulos a pintores, poetas, músicos y científicos y en todos los casos (en los que hay documentación) llega a las mismas conclusiones. Las obras maestras de dichos genios no surgieron de la nada ni fueron hechas de la noche a la mañana.
Lo que la gente entiende como el "Eureka", no es un toque de varita mágica sino un proceso que lleva a esa chispa que permite adivinar el camino para llegar a esa obra maestra.
Analiza, por ejemplo, el Guernica de Picasso. El cuadro no fue pintado en un día. Hay una experiencia previa de Picasso en relación con sus técnicas pictóricas, a lo que hay que sumar los cuadros de otros pintores que vio y sus conocimientos, su cultura, sus vivencias, sus sueños, sus deseos, sus planes y sus proyectos. La idea del cuadro fue surgiendo poco a poco, fue modificando los elementos de la composición, hizo bocetos, etcétera, hasta llegar a la obra que quería.
Lo mismo hace con el trabajo científico que permitió llegar a la teoría de la doble hélice del ADN. No sabría explicarlo, pero los científicos no se acostaron una noche y a la mañana siguiente, eureka, se les apareció en sueño la doble hélice. No. Aparte de contar con los conocimientos científicos de base, trabajaron con la hipótesis de una hélice, pero aquello no tenía salida y la teoría fallaba. A través de otras estudios científicos y aplicando técnicas de otras disciplinas, llegaron a la conclusión de que había de ser doble hélice. Y trabajaron con ese modelo nuevo.
El autor no quita mérito a los "genios", sino que arremete contra la idea de la creación espontánea. Nada es espontáneo. Todo lleva un proceso de trabajo y también de saber utilizar varios puntos de vista para llegar a la resolución del problema. También señala que los "genios" también se equivocan, que no hacen obras de arte ni formulan teorías a todas horas.
Finalmente, habla del "pensamiento creativo", del que todos somos capaces si nos ponemos a ello.
Se trata de ver el problema e intentar solucionarlo basándonos en nuestra experiencia pero también siendo capaces de plantear soluciones desde otros puntos de vista.
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