jueves, 27 de junio de 2019

Aylán Kurdi.

Fotografía de Diego Morales. Mural en una calle de Valencia - España

El niño que mostré ayer en la entrada era una representación, una metáfora, una idea, una imaginación casi real, ¡ojalá se haya salvado de la furias de las aguas!
Este niño, no. Este niño, Aylán Kurdi, no. No se salvó. Es la representación de la desesperación y del horror; una metáfora pero una realidad. Existió y murió. Como muchos otros.
¿Y si Aylán fuese nuestra María, nuestro Antonio, nuestra Isabel, nuestro Juan...?

16 comentarios:

LA ZARZAMORA dijo...

Y Valeria, y... son miles, son tantos ya, murcianico.
Y el M-AR, tal vez hoy se limite a ser solo esa parte de (M)-AR, ese AR militar que no acoge sino que dicta sentencia...

Son y forman parte de un todo.
Somos todos náufragos y peces de un mismo abismo...
Y sólo la ley, y una acogida digna, una economía sostenible en los países de éxodo, una ley de fronteras podrá lograr frenar tanta insensatez, in-Humanidad, descontrol, y quéséyo?? pero de lo que estoy segura es que ningún ojo protector de cualquier chamán, ni ninguna estupidez humana sin razón logrará salvar más cuerpos humanos: ya sean niños (sé que estos promueven que la empatía se accelere...) , pero también hay mujeres, y miles hombres que prefieren seguir solos... y no arriesgar a su progenitura, que de todo hay...

Permíteme llorar contigo hoy, no porque al Mar lo considere responsable, sino por ser una puerta abierta, que de nadie es, y se les cierra, y sigue cerrando.

Bizz ouvertes vers la liberté, murcianico.




VENTANA DE FOTO dijo...

Siempre es lamentable la muerte de un niño, tenía toda una vida por delante y de golpe se acabó.

Besos

JUAN FUENTES dijo...

Las migraciones se podrán solucionar si en esos lugares los gobernantes miraran mas a sus pueblos y menos a sus intereses

JUAN FUENTES dijo...

La fotografia es arte,todo depende de la imaginación del autor

JUAN FUENTES dijo...

En mi dilatada vida,hacer fotos me ayuda a soportar mis decadencias

Mirella S. dijo...

Lo recuerdo y es tremendo, muertes que no se pueden olvidar, igual que la del padre salvadoreño y su pequeña hija, ahogados en el río Grande hace unos días.
Nadie podrá rescatarlos junto a tantos otros, tal vez el arte, como en esa pared de Valencia: un angelito durmiendo.
Un abrazo, Dyhego.

Alís dijo...


En estos días hemos visto otro Aylan, otro niño que murió junto a su padre en un intento por buscar una vida mejor. Y aún no entendemos esa desesperación que pone en riesgo la vida porque lo que dejan atrás es incluso peor que la muerte.
Tenemos una memoria demasiado frágil, aunque intuyo que esto sólo es una excusa.
Gracias por recordarlo
Un abrazo

Amapola Azzul dijo...

Siempre impactante la muerte de inocentes.

Un beso.

Dyhego dijo...

Zarzamora:
gracias por tus palabras.
Tienes toda la razón.
¡Cuánta insensatez y cuánta crueldad!
Y en medio, la pobre gente que huye del horror, que quiere vivir, que no les queda otra.
A ver si nuestros políticos abren los ojos y actúan, porque ya saben lo que tienen que hacer.
Salu2 maritimes.

Dyhego dijo...

Antonia:
la imagen de un niño siempre impacta más, pero hay tantos y tantos desfavorecidos.
Salu2.

Dyhego dijo...

Juan 1:
sin duda, pero los gobiernos occidentales también deberían presionarlos. Y mientras tanto ¿qué? ¿dejar que se ahoguen en el mar?
Salu2.

Dyhego dijo...

Juan 2:
sí, con paciencia y práctica, se pueden hacer fotos interesantes. En ello ando.
Salu2.

Dyhego dijo...

Juan 2:
sí, cada uno da rienda a su creatividad. Es bueno hacerlo.
Salu2.

Dyhego dijo...

Mirella:
por lo menos, que estas imágenes remuevan la conciencia de aquellos políticos que tienen en sus manos la posibilidad de hacer más cosas que la gente de a pie.
Salu2.

Dyhego dijo...

Alís:
sí, buena pregunta, ¿cómo hay que estar de desesperado para abandonarlo todo y marchar a la aventura? Los españoles lo hicimos y seguimos siendo un país de emigrantes. ¡Qué mala memoria!
Salu2.

Dyhego dijo...

Azzul:
la muerte de la inocencia es muy dura, muy dura.
Salu2.