sábado, 26 de diciembre de 2009

En el portal de Belén...

Fotografía de Diego Morales

Al final hemos puesto el belén...
La gata Lisi ya lo ha roto dos veces.
La próxima vez le corto los bigotes o la encierro en el balcón o la subo al trastero o la ato de una cuerda y la pongo junto al gordito ése que sólo sabe decir ho ho ho ho...
(Como anécdota, cuando sólo teníamos al hijo mayor y éste tendría 4 ó 5 años, duraron el Belén y el árbol menos de 24 horas...)

¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!




4 comentarios:

maile dijo...

A mi gato le gustaba escarbar en la arena y, al final, el Niño Jesús siempre terminaba "harto tierra o revoleao". Ya, el único Belén es el que pongo en la pantalla del ordenador y este no lo puede destrozar.
Pero que lindo es ver las caras de los niños mirando el Belén ¿verdad?

Besos navideños señor Dyhego.

Dyhego dijo...

MAILE:
Tienes razón. La mayoría de estos trajines los hacemos por los críos, para que tengan recuerdos bonitos el día de mañana...
Salu2 navideños también a ti.

Liliana G. dijo...

Te comprendo... mi gato Dante, de tres meses, no hace más que trepar el árbol y sacar la cabeza por la punta, claro que en el camino lo desarma todo...
Cuando mis hijos eran pequeños, armábamos un arbolito pequeñín para poner bien alto sobre un mueble... Gajes del oficio de padres.

Un beso grande y ¡¡FELICIDADES!!

Dyhego dijo...

LILIANA:
¡A lo mejor pegando los adornos con silicona...!
Salu2 y cariños