viernes, 4 de noviembre de 2016

Deberes para casa (II)

Fotografía de Diego Morales

Los psicopedagogos han vuelto a poner de moda el asunto de los deberes escolares en casa y atacan utilizando dos argumentos más emotivos que racionales.
El primer argumento en favor del no es para que los padres pasen más tiempo con sus hijos (en plan anuncio de Ikea). ¡Esos padres que llevarán a sus hijos al estadio, al cine, al teatro, a la biblioteca, al monte, a la playa, a los centros comerciales... sin el agobio de los deberes!
El segundo argumento va dirigido a fomentar el bienestar, ocio y tiempo libre de las criaturas. ¡Esos niños y niñas que tendrán tiempo para leer, dibujar, esculpir, tocar un instrumento musical, jugar, quedar con los amigos y ordenar su habitación!

A mí me gusta despotricar contra todo, pero también reconozco que todas las brillantes ideas de los psicopedagogos ya las he utilizado yo en clase antes de que me iluminaran con su docto saber y preclaros consejos.

Cada vez que hacemos los deberes en clase ocurre, CURIOSAMENTE,  lo mismo que si mando los deberes para casa.
LO MISMICO, LO MISMICO.

Los estudiantes responsables los hacen con celeridad, en clase o en casa. Los no responsables no los harán en su casa porque lo habrán olvidado, no lo habrán anotado en su agenda, no les habrá dado la gana o habrán tenido algo importantísimo que hacer. Esos mismos alumnos irresponsables tampoco los harán en clase porque tardarán mucho tiempo en abrir la libreta, o el libro, o se les habrá olvidado uno y otro. Hablarán con el compañero o se copiarán de él.

Para hacer un ejercicio en clase se necesitarían, en teoría, cinco minutos. En la práctica, se te puede ir perfectamente media hora o la clase entera.
¿Que no se lo creen ustedes? Ya me gustaría a mí poder grabar una clase y difundirla.
¡A mí no me importaría que en alguna ocasión me grabaran durante una clase entera, y sin saberlo, por supuesto!
¡Y después, no me importaría debatir cara a cara con uno de esos psicopedagogos!

8 comentarios:

Tracy dijo...

¡¡¡Ole tú!!!

Liliana dijo...

Pues sí, si en clase no lo hacen cuando está el maestro, menos en casa que de seguro no hay nadie que le diga nada.....si no son responsables, no lo son en ninguna parte....

Saludos y buen finde =))))

jfbmurcia dijo...

Tienes razón, yo era de los que no los hacia ni en clase ni en casa y así me ha ido... En el término medio está la virtud. Saludos

LA ZARZAMORA dijo...

Es que murcianico, estamos en la era de la emotividad y el corazón a ultranza, y así nos va...
Y en todos los campos, educativo, social, político y personal...
Un desastre.

Bizz, un ptit peu responsables.

Dyhego dijo...

Tracy:
gracias.
¡Es tan difícil acertar!

Dyhego dijo...

Liliana:
tú lo has dicho, se trata de "responsabilidad", pero ésa es una palabra maldita.

Dyhego dijo...

Jfb:
pero ahora sí los haces ¿verdad? ¡No queda otra!
:)

Dyhego dijo...

Zarzamora:
al corazón lo que es del corazón y a la razón lo que es de la razón.
Si en clase los niños no hablaran tantísimo, quizás les daría tiempo a adelantar trabajo. Los deberes, en su justa medida, por supuesto.
Pero acudir a razones tan simplonas y acarameladas, queda un poco patético. Sin deberes, los padres podrán disfrutar más de sus hijos. ¡A lo mejor habría que pedirles a los empresarios que redujeran la jornada laboral! ¿Cómo va a disfrutar la cajera del Mercadona de sus hijos, si la pobre sale de trabajar a las 10 de la noche?
Está todo muy mal organizado.