jueves, 30 de junio de 2016

Cervantes. "Los trabajos de Persiles y Sigismunda".

Fotografía de Diego Morales
Mediterráneo

Acabo de leer "Los trabajos de Persiles y Sigismunda" de Cervantes.
Ha sido una experiencia grata, amena y, cómo no, enriquecedora.
No llega, ni de lejos, a la altura del Quijote, por supuesto, pero se lee con placer y gusto.
No hay que caer en la tentación de juzgarla con los ojos de un lector actual porque, en ese caso, no pasaría ningún filtro: la verosimilitud brilla par su ausencia, el Deus ex machina aparece por doquier, todas las mujeres son bellas, discretas, honestas y honradas... pero supeditadas al padre, al hermano o al marido, las digresiones religiosas sobran...
Pero me centro en detalles más sabrosos: la genial prosa de Cervantes. Esas construcciones sintácticas largas, envolventes, airosas y equilibradas. Ese lenguaje que destila sabiduría, ironía, tolerancia y amabilidad.
La "novela" es un adelanto a su época: intriga que sólo se desvela al final con algún guiño de vez en cuando sobre los protagonistas. Historias que se suceden unas a otras; en algunos casos tienen que ver unas con otras, en otros casos no. Personajes que aparecen y vuelven a reaparecer más tarde.
Detalles geográficas, alusiones históricas, tramas complicadas.
Autocrítica también. Cervantes utiliza, obviamente, el papel de narrador omnisciente. El protagonista quiere contar al resto de personajes sus "trabajos" (pero se reserva los detalles principales, claro) pero es consciente de que se va por las ramas y, en numerosas ocasiones, el resto de personajes protesta ante la palabrería del protagonista y aparca, para otra ocasión, el relato de sus anteriores aventuras. Hay un comienzo de "flash back".
¡Y hasta aquí puedo contar!
Ya saben ustedes que no me gusta destripar argumentos ni dar demasiadas pistas por si algún avezado lector se atreve a enfrentarse al "Persiles y Sigismunda" (está bien escrito, no es S"e"gismunda).


4 comentarios:

jfbmurcia dijo...

La lectura es algo apasionante. Un saludo.

Dyhego dijo...

Jfb:
sí, sin duda, mejor leer que ver la tele, por ejemplo.
Salu2 lectivos.

LA ZARZAMORA dijo...

De acuerdo contigo, murcianico.
No es de lo más apasionante de Cervantes, pero confieso que me pasa con el manco de Lepanto como a ti con Murakami, me gusta todo, todito, todo.

Bizz travailleuses, murcianico.

Me da gusto saberte por estos lares... :))

Dyhego dijo...

Zarzamora:
Cervantes es mucho cervantes. Ya sé que es una obviedad.
Ahora he dado un salto en el tiempo y estoy con los cuentos de Maupassant...
Salu2 cervantesques.