Mis queridos churumbeles me agasajaron por el día del padre con este musical regalo y pude disfrutar de una velada casi perfecta.
Y no lo fue por dos motivos. El primero de ellos por la ausencia de una persona muy entrañable para mí y el segundo lo detallaré más abajo.
Como no soy melómano (no seré tan ufanamente osado) no sabría decir si la interpretación fue académicamente perfecta, sublime, pasable o regular, pero lo que sí declaro es que me hizo vibrar y emocionar. El público aplaudió en cada una de las piezas y la ovación final fue tan sonora y larga que el director salió hasta en tres ocasiones a dar las gracias y a felicitar a los músicos.
Me llamó la atención que el director dirigía dando saltos como si estuviera brincando sobre una lona elástica. Cayó simpático al público. Cuando pronunció unas palabras de agradecimiento, iba tan rápido como las balas de Por un puñado de dólares.
A mi izquierda se sentaron dos señoras, más bien dos cacatúas insolentes, desvergonzadas y escasamente empoderadas, que se dedicaron a cuchichear para demostrar su sapiencia (ésta es La misión, ésta es Cinema Paradiso, y en ese plan). No contentas con este alarde de sabiondez, tuvieron la desvergüenza de ponerse a tararear las músicas. ¡Hasta en tres ocasiones tuve que chistarles! ¡Ganas me dieron de preguntarles ¿cuál de ustedes es la fea y la mala, porque buena, no lo es ninguna, desde luego?!
6 comentarios:
Debían dar ganas de decirles eso, aunque tu prudencia se impuso a su mala educación. Es algo que no soporto en un cine o concierto o en una reunión. Pero es que hay paisanos que no han superado los años 50 o 60 en que estaba de uso esa práctica. Pero me alegra saber que disfrutaste, fue un espléndido regalo, además de composiciones de uno de los que más admiro de esta época, nada menos que Morricone. Que el director saltara todo el rato revela cómo vivía cada composición, un entusiasta, sin duda y no solo un director. Si permaneció en ti el recuerdo de la ausente ya fue un homenaje digno. Ánimo y a por otro concierto.
Dyhego a pesar de las cacatúas se nota que lo pasaste muy bien, no hay nada perfecto así que con la compañía deseada... ¡A repetir!
Saludos.
Lo dicho a todes estes mujeros... tan sabiondes y bien relamides.
Tocapelotes...
Bizz Pensouillardes, murcianico.
Fáckel:
me lo pasé muy bien escuchando las bandas sonoras de Morricone y también de otros compositores (Los puentes de Mádison, Titánic, Memorias de África...).
Es cierto que siempre hay alguien, en la fila de delante, en la fila de atrás, al lado, que se dedica a molestar dando su opinión. ¡Hay gente que no es capaz de estar callada! Leí en la prensa que un director de orquesta (de mucho prestigio, en Los Ángeles, creo recordar vagamente) paró el concierto porque a un espectador le sonó el móvil...
Tengo dos entradas reservadas, una para vez La casa de Bernarda Alba; y otra para visitar las obras de restauración de la fachada de la catedral de Murcia.
Salu2.
Mara:
me lo pasé bien escuchando esas bandas sonoras que todos hemos tarareado alguna vez. Lo malo es cuando tienes a gente poco respetuosa en las butacas cercanas. ¡Un castigo!
Salu2.
Zarzamora:
¡no falla! Siempre tiene que haber alguien así en el cine, en el teatro, en el concierto, en las reuniones...
Salu2 indignés.
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