En Medina de Pomar, Burgos, hay un restaurante muy conocido llamado "El Olvido". La razón, es que mientras fue una tienda de pueblo que vendía de todo, durante muchos años, y estando algo en las afueras, muchas de las clientes que volvían al rato, solía decir al entrar... "...es que se me ha olvidado..." Cuando las hijas heredaron el local y pusieron el restaurante, ¡El olvido! En recuerdo de aquellas vivencias. Tres eran tres las hermanas que regentaban el establecimiento... Una, supersticiosa a extremos de obsesión! Alguien me contó el hecho y quise ponerla a prueba: Al entrar e indicarme ella una mesa para comer, me senté de espaldas al comedor y de cara a la pared... No tardó unos minutos en pedirme que si no me importaba cambiar de sitio y sentarme de frente! No soportaba que la gente se sentase de espaldas! Abrazos Diego.
Ernesto: gracias por la anécdota. Estuve hace unos años en Burgos (Frías, Covarrubias, Silos y Lerma), pero no en Medina de Pomar. Su vuelvo por esas tierras, no lo "olvidaré". Salu2.
14 comentarios:
la encontraste tú
saludos
Curioso.
Besos.
La calle que lleva su nombre. Una paradoja.
Una calle, para nunca olvidar.
Besos.
Me recuerda aquellas noches de fiestas en la universidad, todos vivíamos en aquella calle. No existía un mañana.
Abrazos
Eso si que es una redundancia!
Hablando en serio: Bonito nombre para una calle, muy poético
Abrazos
Noelplebeyo:
tuvimos esa suerte, de encontrarnos.
Salu2.
Amapola:
sí, curioso. ¿Por qué le habrán puesto ese nombre?
Salu2.
Demiurgo:
una paradoja muy curiosa y azarosa.
Salu2.
Antonia:
sobre todo para los carteros...
Salu2.
Carlos:
un presente total y continuo. Olvidar lo malo.
Salu2.
Frodo:
sí, mejor dedicar una calle al olvido y no a esos politicastros.
Salu2.
En Medina de Pomar, Burgos, hay un restaurante muy conocido llamado "El Olvido". La razón, es que mientras fue una tienda de pueblo que vendía de todo, durante muchos años, y estando algo en las afueras, muchas de las clientes que volvían al rato, solía decir al entrar... "...es que se me ha olvidado..."
Cuando las hijas heredaron el local y pusieron el restaurante, ¡El olvido! En recuerdo de aquellas vivencias.
Tres eran tres las hermanas que regentaban el establecimiento... Una, supersticiosa a extremos de obsesión! Alguien me contó el hecho y quise ponerla a prueba:
Al entrar e indicarme ella una mesa para comer, me senté de espaldas al comedor y de cara a la pared...
No tardó unos minutos en pedirme que si no me importaba cambiar de sitio y sentarme de frente!
No soportaba que la gente se sentase de espaldas!
Abrazos Diego.
Ernesto:
gracias por la anécdota. Estuve hace unos años en Burgos (Frías, Covarrubias, Silos y Lerma), pero no en Medina de Pomar. Su vuelvo por esas tierras, no lo "olvidaré".
Salu2.
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