Fotografía de Diego Morales. |
Mi vigésimo segunda lectura ha sido "Pippi Calzaslargas" de la escritora sueca Astrid Lindgren.
Sigo con mi empeño en leer los clásicos infantiles y me da rabia no haberlos descubierto en su momento. ¿Quién no recuerda a la Pippi en blanco y negro de la tele y a sus amigos? Por cierto, en ningún momento de los cuentos se nombra al caballo con otro nombre que no sea el de caballo. El mono sí se llama Nelson y Tommy y Annika también.
Se lee con agrado, igual que los cuentos infantiles de Roald Dahl. Sólo me ha llamado la atención un detalle peligroso. En un capítulo, Pippi y sus amigos deciden hacerse náufragos y la pelirroja prepara la comida. No se le ocurre otra cosa que coger unas setas y añadirlas al condumio mientras dice, más o menos, que sea lo que Dios quiera. Creo que no hubiese estado de más añadir que Pippi conocía las setas comestibles, o que el mono ayudó a coger las comestibles o alguna intervención de este tipo.
Por otro lado, el mundo de la fantasía está totalmente delimitado, por un lado la cordura de Tommy y Annika y por otro la espontaneidad e irracionalidad de Pippi. Los padres nunca se oponen a que los niños estén con Pippi. La maestra hace lo que puede, pero la pelirroja es libre.
También me ha llamado la atención, la soledad de Pippi. En el último capítulo, Tommy y Annika la ven desde su casa, absorta en sus pensamientos y nos da la impresión de que está triste.
Me ha merecido la pena zambullirme en un cuento infantil a deshora.
3 comentarios:
Ostras, no paras... vas a todo trapo!!
Bises biblio, murcianico.
Mari Carmen:
hay lecturas "infantiles" que se leen con auténtico placer. Pippi es una de ellas.
Gracias por tu comentario.
Salu2.
Zarzamora:
hay temporadas en que no leo casi nada, y otras que me embalo como un bólido, jajaja. Días de mucho...
Tampoco encuentro a veces el momento adecuado: a hay ruido, o estoy cansado, o no me centro...
Salu2 lecteurs.
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