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Fotografía de Diego Morales. |
Paseé en varias ocasiones por el Mercado de los Paños, en Cracovia (Polonia) y me resultó entretenido comprobar que todos los que pasaban por este puesto tocaban las pieles para comprobar su suavidad.
¡Con ganas me quedé, pero no las acaricié! Y no lo hice, más que nada para llevar la contraria...
4 comentarios:
Naturalmente no se concede la virtud del tacto a pieles de tal apariencia todos los días. ¿Serán de verdad?
¿Y quedaste a gusto con llevar la contraria? ¿O sientes que has perdido conocer el tacto de esas pieles?
Yo las habría tocado también, inevitablemente
Besos
Fáckel:
eso sí que no lo sé. No estoy acostumbrado a esas exquisiteces...
Salu2.
:)
Alís:
ahora que lo pienso, con el tiempo transcurrido, ¡ojalá las hubiese tocado!
Salu2.
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