jueves, 22 de agosto de 2019

La tía de la rata.

Fotografía de Diego Morales.
Dama del armiño. Copia. Cracovia - Polonia.
Siempre es un placer estético contemplar un cuadro del Maestro Da Vinci.
El rostro sereno y bellísimo (nada que ver con  el de la Monalisa, que siempre me ha parecido boba, mema y lela, ¡toma ya!) atrapa y encandila.
Hay tres cosas que no entiendo. ¿Por qué le ha dibujado Leonardo una mano tan descomunal? ¿Por qué el hombro izquierdo no es proporcional al derecho? Y tres ¿lo que pasa bajo la mandíbula de la dama es una tira de cabello o de tela?
Sin ánimo de ofender a tan bella dama, la apodamos cariñosamente "la tía de la rata"...
Me gustó la idea de que pusieran una copia de la señorita para que los visitantes nos pudiéramos hacer una foto.

6 comentarios:

Liliana dijo...

Pues yo tampoco lo sé! :D

saludos =))))

Alís dijo...


También un poco caídos tiene los hombros. En estos tiempos no podría llevar mochila (menos aún bolso al hombro)

Me hace gracia los detalles en que te fijas. Y los agradezco, fijatetú

Besos

Carlos Morales Arocas dijo...

Primero, lo de la mano puede ser un error de proporción y ángulo o asombrosamente incluso tratarse de una "manazas" (y nunca mejor dicho jejeje).
Segundo, al igual que con la mano, puede ser un error de proporción y ángulo o bien, si te fijas, puede ser la propia postura de la dama, con uno de los hombros más inclinado hacia delante que el posterior.
Tercero y último, respecto al "pelo-tela", personalmente pienso que se trata de tela ya que si no no tendría sentido llevar esa aparente "cuerdecilla" en la frete a modo de sujeción.
Agradecería tu opinión al respecto, merci.
Saludos.

Dyhego dijo...

Liliana:
códigos de la época.
Salu2.

Dyhego dijo...

Alís:
el cuadro merecía la pena ser mirado y requetemirado.
Salu2 agradeci2.
Siempre.

Dyhego dijo...

Carlos:
le he preguntado a un compañero de claro y me ha dicho que en aquella época se pintaban determinadas partes del cuerpo con más énfasis porque así lo pedían los retratados o porque al pintor le interesaba resaltar determinada parte del cuerpo. Su visión no era como la actual, no buscaban la simetría ni la proporción, porque era lo suficientemente buenos como para no darse cuenta de ello.
En cuanto a la redecilla del pelo, tienes razón, es una tela muy muy sutil y delicada. En aquella época, las mujeres gustaban de lucir una frente grande.
Salu2 y agradecido a tus comentarios.
Abrazote.