¡Si es que este Haruki MURAKAMI me sorprende, me encanta, me entretiene, me fascina, me tiene obnubilado!
Esta novela sigue siendo tan genial como las otras. Cuando pueda, comentaré algo más sobre ella, por el momento aquí les dejo unos fragmentos que me han provocado unas risas controvertidas (mis hijos dicen que parecen de hiena, la gata Lisi se ha asustado, las chicharras se han callado y las ranas se han sentido ofendidas).
¡Qué panzá a reir que me he dado!
[- Dime, ¿siempre comes tanto? –me decidí a preguntar.
- Sí, más o menos –dijo ella sin darle la menor importancia.
- Pero no engordas.
- Tengo dilatación gástrica - dijo ella -. Por eso como tanto y no engordo.
- Hum… Pues debes de gastar un dineral en comida ¿no?] Páginas 106, 107
[… Cuando las mujeres gordas se visten de rosa suelen ofrecer una imagen algo imprecisa, como si fueran enormes pasteles de fresa, pero en ella, por la razón que fuese, aquel color parecía nítido y discreto.
- A tu abuelo le gustan las chicas gordas, ¿verdad? – pregunté para asegurarme.
- Sí, claro –dijo la joven de rosa-. Por eso siempre voy con cuidado para engordar. Con la comida y demás. En cuanto me descuido, adelgazo rápidamente, así que intento atiborrarme de mantequilla y de crema.] Página 214.
[No obstante, proseguimos nuestro camino río arriba. Ella me precedía. Al dirigir el haz de luz a su espalda, veía cómo sus pendientes de oro, del tamaño de un sello, relucían vivamente.
- Esos pendientes, ¿no son un poco pesados para llevarlos siempre puestos? – le dije, dirigiéndome a su espalda.
- Estoy acostumbrada –respondió-. ¿Y el pene? ¿Has sentido tú alguna vez que te pese el pene?
- La verdad es que no. Nunca.
- Pues es lo mismo. ] Página 237.
Esta novela sigue siendo tan genial como las otras. Cuando pueda, comentaré algo más sobre ella, por el momento aquí les dejo unos fragmentos que me han provocado unas risas controvertidas (mis hijos dicen que parecen de hiena, la gata Lisi se ha asustado, las chicharras se han callado y las ranas se han sentido ofendidas).
¡Qué panzá a reir que me he dado!
[- Dime, ¿siempre comes tanto? –me decidí a preguntar.
- Sí, más o menos –dijo ella sin darle la menor importancia.
- Pero no engordas.
- Tengo dilatación gástrica - dijo ella -. Por eso como tanto y no engordo.
- Hum… Pues debes de gastar un dineral en comida ¿no?] Páginas 106, 107
[… Cuando las mujeres gordas se visten de rosa suelen ofrecer una imagen algo imprecisa, como si fueran enormes pasteles de fresa, pero en ella, por la razón que fuese, aquel color parecía nítido y discreto.
- A tu abuelo le gustan las chicas gordas, ¿verdad? – pregunté para asegurarme.
- Sí, claro –dijo la joven de rosa-. Por eso siempre voy con cuidado para engordar. Con la comida y demás. En cuanto me descuido, adelgazo rápidamente, así que intento atiborrarme de mantequilla y de crema.] Página 214.
[No obstante, proseguimos nuestro camino río arriba. Ella me precedía. Al dirigir el haz de luz a su espalda, veía cómo sus pendientes de oro, del tamaño de un sello, relucían vivamente.
- Esos pendientes, ¿no son un poco pesados para llevarlos siempre puestos? – le dije, dirigiéndome a su espalda.
- Estoy acostumbrada –respondió-. ¿Y el pene? ¿Has sentido tú alguna vez que te pese el pene?
- La verdad es que no. Nunca.
- Pues es lo mismo. ] Página 237.
8 comentarios:
Dyhego, ese lo tengo yo aquí en mi casita para empezármelo, que tengo un poco de atasco. No era el siguiente que tenía pensado empezar, pero igual por tu culpa si que lo cojo.
Tocada y hundida, me llevaba "El nombre del viento" a los terribles diás con mi suegra (donde esconder la cabeza en un libro cuánto más gordo mejor es la única manera de huir de preguntas capciosas) pero me llevaré este si lo encuentro a tiempo.
Un besico Dyhego, estoy muy liada y tengo poquísimo tiempo pero te leo siempre que puedo, a ver si se acaba el pinche verano.
Hola Diego, vine a dejarte un beso refrescante, hace muuuchaaa calorrr !!.
A disfrutar de Muraká, Muraká.
Un besito.
Ay Dyhego, ese aún no me lo he leído, pero ya sabes que me fascina Murakami. Nada que lo has conseguido, en cuanto acabe "Los pilares de la tierra", que aprovecho para decir que es como si se me hubiera caído la catedral encima, leo este. Sigue gozando tu verano.
MAITE:
Éste es un poco desconcertante pero al final atrapa, por lo menos a mí. Sobrarían unas cuantas páginas, la verdad, pero me gusta, me gusta.
Salu2.
ALMALAIRE:
Leer debe ser un placer... sensual... como cantaba aquélla...
Salu2 veraniegos.
LOURDES:
Gracias por tus visitas. Eres un encanto.
Salu2.
PROMETEO:
Me alegra saber que también te fascina Murakami. Los pilares me lo leí hace tres o cuatro veranos, pero la continuación todavía no.
Salu2.
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