Fotografía realizada por mi hijo mediano
La gata Lisi nos ha salido lectora.
Cuando nos la llevamos al campo se pasa el día triscando por aquellos andurriales. Casi siempre trae algún presente: una lagartija, una chicharra, un charate, una mantis... Desaparece durante horas y en cuanto vuelve a la casa, zas, se echa unas siestas de padre y señor mío.
Por las noches se acuesta en el sofá, se pone los anteojos y le dedica un rato a la lectura pero la pobre se queda frita.
El resto (yo no) de la familia le dedica piropos como: ¡Qué guapa que es mi Lisi! ¡Ay, mi princesa, qué cara de buena persona! ¿Qué lista! ¡Qué simpática! ¡Qué graciosa! ¡Si sólo le falta hablar!
¡Ya quisiera yo que me dedicaran a mí la mitad de las atenciones (o un cuarto y mitad) que tienen con ella!
6 comentarios:
A alguien le ha picado el gusanillo de la envidia...
no quisiera verte comprometido en una historia con tintes de Edgar Allan Poe!!!
Que me las veo venir, entre los "niños" del instituto y esto, huelo tu locura.
=)
¿Y lo felices que son los locos?
JEAN-JACQUES:
Nous sommes tous un peu fous non? Et pour l'instant la chatte Lisi ne fait pas peur...
Sois heureux!
Tremendamente tierno Dyhego.
Yo quiero una gatita como esa.
Es un texto a lo J. Ramón Jimenez.
precioso amigo.
Se respira amor por todos los ángulos que se mire.
TECLA:
Ya veo que te gustan los gatos.
Salu2 con ronroneo.
Dyhego san , no sea rezongón ... que bonita es Lisi , se nota que esta bien mimada y cuidada . Maravilloso texto le ha dedicado .
Un abrazoooooooo enormeeeee hasta Murcia .......................
Rosna
Cuánto siento no haberte respondido antes. Cuando pasa tanto tiempo es difícicl que vuelva a entradas tan antiguas.
Un saludo siemre, Rosna.
Hace tanto tiempo que no actualizas tu blog.
Salu2.
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