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| Fotografía de Diego Morales. |
¡Y ésta fue la decimocuarta lectura! El cazador de leones, de Javier Tomeo. Editorial Anagrama Compendium.
En esta novela repite la misma técnica del "monólogo-conversación".
Un mismo tipo, más o menos excéntrico y peculiar, suelta una perorata sin puntos y apartes. Casi sin respirar, se lo imagina uno.
Armando se equivoca de número al marcar el de la embajada de un país africano y responde una voz femenina. Días después, antes de volver a África, Armando la vuelve a llamar y mantienen una conversación en la que él despliega toda su labia, todos sus conocimientos, todas sus anécdotas selváticas para ¿seducirla?

2 comentarios:
Mucho te tiene que enganchar la lectura para atraparte a pesar del monólogo ( interior, me imagino) sin puntos ni párrafos.
Un saludo.
Buenos días.
Cayetano, no me expresé bien. Las novelas tienen puntuación, lo que no tienen (algunas sí) son punto y aparte, lo que conlleva que no haya párrafos. Es muy fluida y ne han gustado mucho.
Gracias por tus visitas .
Salu2 y buen día, yo me voy al curro ya, per ya.
:)
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