Fotografía de Diego Morales. |
Se convirtió el juego en toda una tradición, hasta tal punto que en mi casa llamamos "huevos pirata" a los así preparados.
Rememorando viejos tiempos y pese a la edad de los retoños, hemos vuelto a degustar un huevo corsario.
10 comentarios:
Vaya, me alegra saberlo, yo practicaba a veces ese capricho. La obra efímera también cuenta, ¿no?, y más si tiene sus espectadores coyunturales. Grata entrada, o tempora, o mores.
Sonrío.
Y luego...¿¿ un grog??
Bizz à l'abordage!!
Después de comerme un huevo así, ya no tendría miedo a nada
;)
Besos
Las decoraciones, hacen que los niños sienten mayor atracción por los alimentos, yo he visto maravillas de decoraciones a base de alimentos.
Besos
Jijiji
Fáckel:
¡la de cosas que hay que hacer cuando te salen hijos "pococomientes"!
(Conste que yo lo era, y mucho).
Como bien dices, o tempora, o mores.
Momentos que quedaron en la memoria.
Salu2 melancólicos.
Zarzamora:
pues, te lo digo en serio, después vino un grog (pero sin alcohol).
:)
Salu2 digestifs.
Alís:
son huevos mágicos, jajaja, revitalizantes y envalentona2, jajaja.
Salu2 nutritivos.
Antonia:
es un método que funciona en muchos casos y todo un arte, el de hacer dibujos con la comida, jajaja.
Salu2 nutrientes.
Noelplebeyo:
¡la de juegos que hay que hacer para que mi niño "me" coma!
:)
Salu2 comientes.
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