sábado, 1 de febrero de 2025

¡Ay, mísero de mí!


Fotografía de Diego Morales


¡Sin brazos, sin manos, sin pilila!
¡No me faltaría más que perder también la cabeza!

8 comentarios:

  1. Fastuosa escultura, no sé dónde se encuentra. Unos pierden por el precio de las agresiones del tiempo (clima y violencia de manos humanas) y otros por la edad provecta.

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    1. Fáckel:
      que sea el tiempo el que deteriora es lo normal, nos guste o no; pero que sean vándalos quienes destrozan la belleza, eso sí que no tiene perdón.
      Normalmente echo también una foto a la cartela, pero cuando son tantos y tantos cuadros y esculturas, ya pierdo la "cabeza"...
      No sabría decirte qué dios o héroe griego es. Tanto esta foto como la de la entrada anterior están tomadas en el museo Británico.
      Salu2.

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  2. Lo primero que se deteriora de las esculturas es sus partes salientes: narices y brazos.
    De esto ya hablaba en mi libro "Arte deteriorado". El tiempo es el gran escultor de cincel implacable, añadamos a esto la barbarie humana.
    Salud.

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  3. Francesc:
    tiene su lógica, todos los golpes van a esas partes. Igualico igualico que a los humanos.
    :)
    Salu2.

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  4. Lo de perder la cabeza ya sería el colmo.

    Un abrazo.

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    1. Conchi:
      ¡si es que no estamos en lo que tenemos que estar! ¡Así que lo perdemos todo!
      :)
      Salu2.

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  5. El paso del tiempo lo deteriora todo, incluso las piedras se van limando por la erosión.
    Cariños y buen domingo.
    Kasioles

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  6. Kasioles:
    ay, el tiempo, el eterno enemigo.
    Salu2.

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