domingo, 25 de septiembre de 2022

Egoísmo.

Fotografía de Diego Morales.

 La pelota es mía, mía y sólo mía, así que no la comparto con nadie y no juego con nadie.

10 comentarios:

  1. Parte de la estructura infantil, ¿no?, ya tendrán tiempo de ser compartidos y ''políticamente correctos''
    Un abrazo

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  2. El mundo es mío, mío, mío y solo lo comparto en pequeña parte con los clérigos y demás seguidores que aún creen en mí.

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  3. Pues te metes la pelota donde tú ya sabes.

    Saludos,
    J.

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  4. Como le tire la pelota a alguén y le dé en la frente, seguro que le sale un bulto mayor que la misma pelota.
    Besos.

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  5. Un niñato pijo de papá más.
    Aynsss!!!

    Bises généreuses, murcianico.

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  6. Mujer de negro:
    lo malo es cuando los niños no terminan de pasar esa fase y pasan del egoísmo a la tiranía.
    Salu2.

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  7. Fáckel:
    yo le daría la vuelta a tu reflexión. Son más bien los malos clérigos los que intentan acotar su parcela de poder y sinecuras...
    Por más que se diga, las interpretaciones de una entrada son múltiples, variadas y, todas válidas. No obstante, mi entrada de hoy no iba sobre clericalismo sino sobre la imagen de ese niño, cuya cara me parece tétrica además de feísima.
    Salu2.

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  8. José:
    también es una respuesta esperable por parte de aquel a quien no se le deja jugar, jajaja.
    Salu2.

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  9. Antonia:
    esa pelota tiene pinta de ser pesada y de provocar chichones.
    Salu2.

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  10. Zarzamora:
    ¡como si no hubiese ya demasiados!
    Ainsss, como sueles decir.
    ;)
    Salu2 partagés.

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Tu comentario es una estrella fugaz: refulgente en la noche, permanente en mi recuerdo.