Qué feliz hallazgo, Diego, pero hablando de Cervantes es imposible no encontrar sus libros en los escaparates de todo el mundo...
A propósito, estoy concursando con varios microrrelatos de estilo quijotesco. Cuando se liberen del yugo literario los daré a conocer. Soy una fanática de Cervantes :)
Liliana: Y si está visible en la vitrina es que hay muchas probabilidades de que lo compren y lo lean. Ya leeré esos microrrelatos, con la vuecencia de vuesa merced, doña Liliana.
Como para no, es nuestra novela más universal. Algo así sentí yo en la otra punta del mundo, cuando recorriendo Auckland, vi un toro negro en un escaparate y la bandera de España, resultando ser una tienda de vinos españoles, allá que entré a buscar mis Riojas. Me sentí algo más cerca de casa y me puse a hablar con los de la tienda, diciéndoles que era mi tierra. No sé, supongo que nos sentimos más cerca de casa.
Todo un homenaje al libro en su día.
ResponderEliminarLa verdad es que la ocasión la merece. Esa alegría. Debe de ser como encontrarte con tu mejor amigo en un país extraño.
ResponderEliminarTracy:
ResponderEliminar¡Como debe ser!
Salu2 librescos.
Tecla:
ResponderEliminarMe hizo gracia e ilusión. Los polacos también son un poco quijotes.
Salu2 quijotescos.
Qué feliz hallazgo, Diego, pero hablando de Cervantes es imposible no encontrar sus libros en los escaparates de todo el mundo...
ResponderEliminarA propósito, estoy concursando con varios microrrelatos de estilo quijotesco. Cuando se liberen del yugo literario los daré a conocer. Soy una fanática de Cervantes :)
Besos encantados.
Liliana:
ResponderEliminarY si está visible en la vitrina es que hay muchas probabilidades de que lo compren y lo lean.
Ya leeré esos microrrelatos, con la vuecencia de vuesa merced, doña Liliana.
Cariños bonaerenses.
Es mi Biblia...
ResponderEliminar;)
Bonito título en polaco.
Bizz quichottesques, murcianico.
Et joyeuse vie aux livres!
Zarzamora:
ResponderEliminarEs una maravilla.
Tengo que leérmelo otra vez.
Salu2 quijotiles.
Como para no, es nuestra novela más universal. Algo así sentí yo en la otra punta del mundo, cuando recorriendo Auckland, vi un toro negro en un escaparate y la bandera de España, resultando ser una tienda de vinos españoles, allá que entré a buscar mis Riojas. Me sentí algo más cerca de casa y me puse a hablar con los de la tienda, diciéndoles que era mi tierra. No sé, supongo que nos sentimos más cerca de casa.
ResponderEliminarSaludos, Dyhego!!
K:
ResponderEliminarDa mucha alegría. Es como lo dices, sentirse cerquita de casa.
Salu2 caseros.