sábado, 26 de enero de 2013

Hojarasca

Fotografía de Diego Morales

“Les feuilles mortes se ramassent à la pelle”, cantaba  Yves Montand, pero a veces se necesita no una pala sino una excavadora de cubeta ancha para  recoger tanta hoja muerta (léase: prejuicios, manías, tonterías, conversaciones vanas, palabras huecas, palabras que no dijimos, ideas absurdas, pensamientos estúpidos, reflexiones hirientes…). Si nuestra cabeza fuera un ordenador sería tan fácil pulsar la tecla “eliminar”…

8 comentarios:

  1. Dyhego:

    Por eso más importante que el buen recuerdo, a veces, es mejor el buen olvido.

    Salud.

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  2. clochard:
    Ambos son esquivos: se difuminan los buenos recuerdos y no se desvanecen los malos.
    Salu2 recorda2.

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  3. Habría que robotizarse sentimental y emocionalmente.
    Y sí, darle al eliminar y todo a la papelera y a resetearse de nuevo tras cada golpe.

    Probaremos...

    Bizz, Diego.

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  4. Zarzamora:
    Esa una lástima que no podamos hacerlo con tanta facilidad. Ahora mismo necesitaría yo un buen reseteo.
    Salu2.

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  5. Resetarnos, eso estaría bien a veces
    Un abrazo Dyhego

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  6. Mádison:
    Un reseteo, una puesta a punto, una poda, un dragado, lo que sea, jajaja.
    Salu2.

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  7. Y si no eliminar, al menos sí que podríamos usar un poquito de Ctrl + Z. Yo, con eso, me conformo.

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  8. Jota:
    Yo también me conformaría con ese cóntrol...
    Salu2.

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Tu comentario es una estrella fugaz: refulgente en la noche, permanente en mi recuerdo.